El placer de compartir las ?palabras

OURENSE

PILI PROL

Reportaje | Las tertulias del siglo XXI en Ourense Nacieron en Francia y pronto llegaron a España. A principios del siglo pasado la capital se convirtió en lugar de referencia de estas conversaciones. Hoy continúan, adaptadas a los nuevos tiempos

18 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Hablan por hablar, pero no por el simple hecho de comunicarse sino por la necesidad de compartir. Las tertulias nacieron en Francia pero se han convertido en una manera de entender la vida para muchos ourensanos. Mucho ha evolucionado su esencia desde los tiempos de Otero Pedrayo y Risco a principios del siglo pasado, pero lo cierto es que en Ourense existen muchos grupos de hombres y de mujeres que a diario -o por lo menos un día a la semana- se reúnen, normalmente en cafeterías, para analizar la situación de la ciudad, del país y del mundo. Les une, sobre todo, la amistad y en la mayoría de los casos su condición profesional. Abogados, profesionales de la banca, médicos o jubilados. Por la mañana, a mediodía o por la tarde. Todos los días, una vez a la semana o cuando coincide. La verdad es que la capital ourensana cuenta con un gran número de lugares en los que las noticias se configuran a lo largo que pasa el día. Algunos de los componentes de estos encuentros asegura que una noticia no lo es hasta que se comenta en la tertulia. La actualidad de la ciudad -la que marca los medios de comunicación-, sus personajes o recuerdos históricos centran la conversación más local. Pero muchos de ellos van más allá y se atreven a ahondar en las opas, en conflictos armados a nivel internacional o, como no, en el mundo deportivo. Aunque las cafeterías son los lugares más comunes existen dos espacios clásicos de la conversación. En el Liceo hay varios grupos pero uno en concreto puede presumir de reunirse desde hace más de cincuenta años. Se inició como una reunión de comerciantes y estudiantes y a ella asisten en la actualidad todo tipo de personas. Diecisiete suele ser la cifra media de hombres que acuden a esta cita. Un encuentro que para muchos se ha convertido en necesario y vital. El otro lugar de conversación es el Ateneo. Tertulias de artistas y de poetas. Algunos de los presentes se reúnen desde hace más o menos veinte años y también los temas que tocan son, generalmente, de carácter universal. Solo hay que fijarse un poco. En cada rincón de la ciudad existen grupos de personas a los que les une el placer de conversar y que han convertido la tertulia en una forma divertida y necesaria de pasar el tiempo libre. Las tertulias en la ciudad de As Burgas siguen vivas, se van adaptado al ritmo del país y evolucionan con él. CON UN JUEGO DE POR MEDIO. Hace más de treinta años que Diego, José Luis, Lisardo, Onésimo y José Luis se reúnen en el Liceo de Ourense para jugar una partida a las cartas y de paso conversar. Es otros tipo de tertulia. Con el juego de por medio, o en ocasiones como excusa. Recuerdan que antes hablaban más de fútbol que de política -eran otros años- y que ahora es lo contrario. También recuerdan cuando los jóvenes llenaban los salones del Liceo. Y lo cuentan con resignación. LICEO. Junto con el Ateneo, el Liceo es lugar de encuentro de muchos ourensanos. Diariamente desde hace alrededor de cincuenta años se reúnen en una de sus salas un grupo de hombres para debatir sobre diversos temas. En la fotografía aparecen José Teijeiro Abel, Camilo Suárez Fernández, José Fermín Rodríguez, José Carlos Martín, Manuel Louzán, Ángel Muñoz, Augusto Valencia José Carlos Cudeiro, Miguel Ángel García Blanco y Luis de Jerónimo. REPASO A LA VIDA SOCIAL. Se reúnen desde hace más o menos seis años en el mismo local, aunque éste ha pasado por distintas manos. Se denominan, entre risas, extravagantes y comentan que la única condición para acudir a la tertulia es estar jubilado. Pertenecen al mundo de la empresa y de la banca y, aunque hablan de fútbol y política, los recuerdos de Ourense y de sus personajes son sus principales argumentos. ALREDEDOR DE UN CAFÉ. Suele ser el café la bebida elegida por la mayoría de los contertulios, aunque alguno de ellos en alguna ocasión lo cambiaba por otra bebida. Alrededor de la taza, siempre más de una, se desarrollan las conversaciones.