El alcalde dice que sus vecinos son perseguidos por estar gobernados por el Partido Popular A las siete con orden de derribo se unen otras nueve, todas contra casas unifamiliares
20 jul 2007 . Actualizado a las 07:00 h.tros nueve expedientes sancionadores han llegado en los últimos días al Concello de Vilamartín de Valdeorras. Todos ellos han sido tramitados por la Xunta contra viviendas unifamiliares situadas sobre todo en el entorno de los principales núcleos de población del municipio. Estos expedientes, que acaban de iniciarse, se unen a los siete que ya han concluido con una orden de derribo para las casas. Los afectados, que se han constituido en una asociación, obtuvieron permiso de la Subdelegación del Gobierno para la manifestación que tendrá lugar el próximo jueves entre el cruce de Arcos y Córgomo en la carretera N-120 hasta la capital municipal de Vilamartín. La protesta pretende tener carácter semanal. El presidente de los afectados, Juan Francisco Rodríguez, afirma que así será hasta que la conselleira de Política Territorial les reciba. A través de un comunicado la asociación reconoce que las viviendas están construídas en terreno rústico pero que todas ellas contaron con la autorización verbal del Concello de Vilamartín. «No hay ningún daño a terceros, no están en terrenos protegidos medioambientalmente y todas están en terrenos accesibles que eran y son de los propietarios», añaden. Además aseguran que no existe un interés especulativo ya que las casas no están destinadas a su posterior venta. Multas Además de las órdenes de derribo, los afectados han sido sancionados con multas de entre 60.000 y 180.000 euros, una cantidad desproporcionada desde su punto de vista. El comunicado remata denunciando el agravio comparativo que se crea con otros municipios. ?l alcalde de Vilamartín, Manuel Candal, está convencido del motivo de la existencia de tantas órdenes de derribo en su municipio. «Es porque está gobernado por el Partido Popular», dice. El regidor dice que la conselleira de Política Territorial se niega a recibirle para tratar el tema y cree que todo es debido a una persecución urdida por el PSOE en Santiago. «El Bloque me escucha, me atiende y me recibe», compara. Muy enfadado, Manuel Candal ofrece su apoyo a los afectados por las órdenes de derribo y asegura que «aquí no hay respeto ni hay nada. Esto es un atropello, la peor dictadura que se ha conocido».