Los alcaldes de Ourense y Barbadás se reunieron ayer para desbloquear el compromiso asumido hace más de un año sobre los nuevos lindes entre ambos municipios y que no se ha llevado a la práctica. En la reunión entre el socialista Francisco Rodríguez y el popular José Manuel Freire Couto se determinó la necesidad de que el acuerdo alcanzado en junio de 2006 sea ratificado en ambas corporaciones municipales y aprobado por el Gobierno autónomo.
La modificación de los lindes entre lo dos ayuntamiento limítrofes supondrá que la capital ganará terrenos en la margen izquierda del río Miño, a la altura de Outariz lo que permitirá tener más amplitud para construir aparcamientos junto a la pasarela termal. Como contraprestación, el Concello de Barbadás se quedará con la finca Fierro finalizando con un viejo conflicto que se propiciaba debido a que la mayoría de los residentes tienen licencia de Barbadás, pese a que territorialmente sus viviendas se asientan en Ourense. Según el acuerdo alcanzado entre ambos regidores, Barbadás mantendrá su conexión con el río Miño, ya que perderla le supondría tener que renunciar a fondos europeos de los que se beneficia actualmente. El protocolo firmado por Manuel Cabezas y Freire Couto establecía ya hace un año que técnicos de ambos ayuntamientos formarían parte de una comisión técnica que se encargaría de establecer los nuevos lindes. Así lo ratificó ahora el regidor de Barbadás con Francisco Rodríguez. La Xunta tendrá la última palabra de un proceso que, según estiman en el Concello de Ourense, puede quedar solucionado definitivamente en el plazo aproximado de un año.