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El complejo Fonte da Cova cumple un año de vida en Pena Trevinca

La Voz

OURENSE

Los visitantes buscan aquí la tranquilidad de las montañas, alejadas de todo síntoma de civilización y estrés

03 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hace ahora un año el macizo de Pena Trevinca estrenaba hotel restaurante. El Fonte da Cova (en el municipio de Carballeda de Valdeorras), el más alto de Galicia. Nada menos que a 1.800 metros de altura puede uno disfrutar de una sabrosa cena y después pasar la noche en una mullida cama mientras contempla las estrellas, casi tan de cerca como para poder tocarlas. Para ello hay 19 habitaciones dobles y un pabellón con 50 literas.

Alejado de la civilización, el turista que llega hasta aquí lo hace en busca de paz y tranquilidad, constatan desde el complejo hostelero. El que quiera encontrarse fiesta hasta el amanecer es mejor que busque otro destino. Aunque si va en grupo es posible lograrlo, porque el complejo cuenta con un pub. Fuera, simplemente naturaleza en estado puro. Montañas nevadas la mayor parte del año y decoradas de verde reluciente durante el verano.

Un lugar que ya han conocido cientos de turistas. La mayoría llamados por el tradicional boca a boca. La confluencia en Fonte da Cova de Galicia y Castilla León hace que los visitantes se dividan en número de uno y otro lado de la frontera. Pero también los hay que llegan de más allá. Los emigrantes de la zona incluyen el restaurante en su visita a la tierra. Y es que el hotel es para muchos como estar en casa. Es lo que busca la gerencia. La mayoría de los empleados son familia entre sí, y han integrado a los demás en la suya propia. Y lo mismo tratan de trasladar a sus clientes, a los que despiden con un caluroso abrazo. Buscan crear con ellos una relación de confianza en la que poder conocer las carencias que puedan encontrarse los visitantes.

El proyecto de Fonte da Cova todavía crecerá más, según los planes de la gerencia. Olga André, diplomada en Turismo, aspira a poder realizar rutas guiadas por el macizo. Pero será más adelante. De momento el volumen de trabajo (y la imposibilidad de contratar más personal) le impiden sentarse a diseñar nada. Todavía le queda tiempo. Tanto como 16 años que restan para que venza la concesión sobre el complejo (propiedad del Concello de Carballeda).