En julio de 1997 ETA secuestraba y asesinaba al edil del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco, sus restos mortales viajaban hace hoy un año al panteón familiar de A Merca
23 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.El verano de 1997 quedó marcado a fuego en la memoria colectiva de los españoles por un episodio macabro protagonizado por ETA, el secuestro y asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco. Fueron horas de intensa tensión y movilización multitudinaria en todo el país para exigir a ETA que no cumpliese la amenaza de asesinar al edil popular. Un macabro y triste episodio que movilizó a los ourensanos como una auténtica piña por razones más que emotivas: los padres de Miguel Ángel Blanco eran naturales de A Merca y Xunqueira de Espadanedo, sus tíos vivían en Ourense y el joven pasaba los veranos de su infancia en A Merca.
Contando los minutos
El jueves, 10 de julio de 1997, el edil de Ermua Miguel Ángel Blanco era secuestrado por ETA, quien anunciaba su secuestro y su intención de ejecutarlo si el Estado, el presidente del Gobierno entonces era José María Aznar, no accedía a sus reivindicaciones y acercaba los presos a Euskadi. Miguel Ángel Blanco tenía 29 años y ETA daba un plazo de 48 horas para cumplir sus amenazas. Aquella noticia corrió como un reguero de pólvora por todo el país y se organizaron concentraciones, actos de protesta y de repulsa contra la violencia terrorista y exigiendo la liberación del concejal de Ermua.
En la provincia, los ourensanos se revolvieron como si ETA los hubiese afrentado en lo más íntimo cuando conocieron que aquel joven era hijo de unos emigrantes de A Merca y Xunqueira de Espadanedo. En Xunqueira y A Merca los vecinos se concentraban el día 11, como en el resto del Estado, con pancartas, lazos azules y el grito de rabia unánime que exigía la libertad de Miguel Ángel Blanco.
En la ciudad se multiplicaban las concentraciones y señales de protesta, abarrotando los espacios públicos como la Praza Maior de Ourense a pesar de estar en pleno verano, con miles de ourensanos de vacaciones.
Todo fue en vano: Miguel Ángel Blanco aparecía, 48 horas después, con dos tiros en la cabeza en la localidad guipuzoana de Lasarte. Todos los esfuerzos por salvarle la vida fueron en vano.
Y millones de españoles se echaron a la calle para rechazar las prácticas de ETA y para exigir medidas legales que aislasen a las organizaciones políticas que daban cobertura a la organización territorista. En una atiborrada Praza Maior de Ourense los ciudadanos condenaban el asesinato de Blanco.