Carrileiros Foula publica un estudio sobre los trenes en miniatura en su serie de historia ferroviaria
29 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Probablemente no sean pocos quienes han jugado en algún momento de su vida con un tren en miniatura. Pues para saber más acerca de esta afición, el número 11 de los Cadernos de Istoria e Arqueoloxía Ferroviaria , que publica Carrileiros Foula, muestra esta Navidad el monográfico A outra historia do ferrocarril . Como señalan Paco Boluda y Manuel Hernández, autores del estudio, el modelismo ferroviario nació casi parejo al tren real. Eran maquetas para mostrar a los promotores del novedoso medio de transporte en pleno siglo XIX. En 1825 apareció el ferrocarril comercial y en 1826, en Núremberg, se fabricaba el primer tren de juguete en la factoría Mathias Hess con una locomotora muy básica. En 1845 surgió también en Alemania la casa Bing, fabricante emblemático, como los trenes de Märklin, a partir de 1859, firma pionera en usar la escala O, de 32 milímetros.
En España, con la entrada del siglo XX, nacieron casas legendarias. Boluda y Hernández citan, entre otras, Payá, fundada en Alicante en 1906. En 1909 fabricaba trenes y tranvías de hojalata; en 1918 mejoró el acabado de sus modelos y en 1923 sacó el primer tren de resorte sobre vías. Esta casa produjo en 1931 la primera máquina de tren de juguete con motor eléctrico en España. En los años cincuenta generaliza la escala HO y en los años setenta comenzó su decadencia. Su rival era Rico, fundada en 1920.
Jyesa
En 1936 aparecía Jyesa, con modelos a escala HO. Entre sus completísimos catálogos estaba el ferrobús «siendo el único fabricante en España que llegó a producir este automotor», dice Boluda. Jyesa cerró con la década de los ochenta.
En los cuarenta nacía Jos-Fel, con sus trenes de estilo norteamericano en escala O. Cesó en 1951. En 1941 apareció Manamo, que usaba madera para sus modelos en miniatura. Desapareció en 1953. En 1946 Viquim comenzó a hacer vehículos de fundición pero, dicen los autores, por la mala aleación, cerró.
Otra clásica en trenes en miniatura españoles es Electrotrén, heredera de Jos-Fel. En 1954 producía sus modelos en Madrid, artesanales, a todo detalle. En los ochenta se convirtió en marca de prestigio. «En la actualidad está produciendo verdaderas obras de orfebrería ferroviaria», manifiesta Manuel Hernández.
En los años sesenta apareció en el mercado Garvi, con material de plástico de gran calidad.