La tradición de los viejos cristaleros

OURENSE

Perfecto Alonso Orge fundaba en 1972 la Cristalería Gallega, una de las firmas con más tradición de Galicia a la que se han incorporado sus hijos

31 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Crisis es la palabra maldita del primer decenio del siglo XXI. Como lo era la peste en la Edad Media. Y las empresas familiares tratan de capear el temporal aprovechando su mejor baza: la seguridad que dan los equipos intergeneracionales y el valor añadido de luchar por un proyecto que forma parte del patrimonio y de la historia de la familia.

De todo esto saben, y mucho, Perfecto Alonso Orge y sus hijos Isabel y Perfecto Alonso Álvarez. El padre es toda una institución y un viejo conocido en el panorama político y deportivo ourensano. Tanto que a Perfecto Alonso Orge le correspondió en la década de los 80 ser concejal de la corporación de la ciudad, entonces era alcalde José Luis López Iglesias, y ejercer como edil de limpieza. Lejos del actual panorama en el que poco más de tres partidos copan la escena política «en aquella corporación había 6 grupos representados. Yo era concejal de AP y el trabajo político no se parece en nada al actual: cobrabas 200 pesetas al mes y cuando viajabas, como cuando llevamos a cabo el hermanamiento con la ciudad portuguesa de Vila Real, te pagabas la gasolina y los gastos de tu bolsillo». En su época se iniciaron los trabajos del sellado del vertedero de Eiroás, hoy sólo un recuerdo del pasado.

También fue Perfecto Alonso Orge un más que destacado deportista que se significó en el mundo del hockey y ostentó la presidencia de la Federación Gallega de Hockey. Su hijo también heredó la vena deportiva, aunque en este caso militando en varios equipos de fútbol ourensanos.

Desde el año 1972

Con sus hijos Isabel y Perfecto comparte el proyecto empresarial que iniciaba en 1972. Con anterioridad Perfecto Alonso Orge había trabajado en La Belga y Unión Cristalera. El padre reconoce que los tiempos cambiaron radicalmente el oficio y el sector «antes no había ni silicona, se trabajaba con masilla, y había que descargar los camiones y moverlo todo a mano». Echa cuentas y sentencia el panorama de la profesión: «De los de mi época sólo quedamos en Galicia dos cristaleros: Paco Barbeito y yo». Isabel y Perfecto forman un sólido equipo de trabajo con su padre, que aporta la experiencia, 37 años como empresario y los anteriores como trabajador en otras firmas. Y el patriarca lo rubrica: «el relevo generacional está más que consolidado: mi hija en la administración, mi hijo en el taller y yo nos coordinamos perfectamente para llevar la empresa».

Perfecto Alonso Álvarez se incorporó a la firma hace 18 años e Isabel Alonso Álvarez atesora dos décadas en el proyecto familiar, en el que trabajan diez personas entre las instalaciones de O Pino y las de Avenida de Santiago, y asume que el binomio familia-empresa tiene un valor añadido: «todo tiene su parte buena y mala. Es diferente trabajar en una empresa familiar: evidentemente haces más horas, pero te implicas a fondo y lo haces con más satisfacción porque es un patrimonio y un proyecto que ha levantado tu familia y que es parte de ti. También tiene su lado menos amable, ya que los problemas de los llevas para casa muchas veces».

La crisis de la construcción está teniendo una seria repercusión, como apunta Isabel, «ya que aquí trabajamos mucho para las empresas del sector y al estar ralentizada la construcción pues a nosotros nos repercute de forma importante». Su padre corrobora la aseveración e indica que «hasta ahora veníamos trabajando con los encargos que teníamos acumulados del 2008, y esperamos que el sector vuelva a lo que era antes».

Decoración y patente

La empresa no centra sólo su trabajo en la construcción, y en Cristalería Gallega se desarrollan además proyectos de decoración de todo tipo, diseño y materiales para todos tipo de establecimientos comerciales, bancos y otro tipo de negocios. Trabajan además, como recuerda Isabel, con la patente Aislaglas «un doble acristalamiento con aislamiento térmico».