Esto es Ourense, como quien dice, lo que queda. Los amigos de Cáritas nos informan que aún peor, somos los últimos, los más pobres. Según el gerente, Ignacio Bedoya, 70.000, uno de cada cinco, ni eso. Carne de cañón, carne de tanatorio. Hay 7.500 kilómetros cuadrados para 330.000 supervivientes de la incuria, el politiqueo, la burocracia y la emigración. ¡Ni un emigrante más! ¡Que se vayan ellos! ¿Qué pasa si nos ponemos a trabajar todo lo que está a yermo, cuidamos nuestros mil ríos y añadimos valor a lo que tenemos? Y sé que currar es duro, pero ¿y el placer de pararle los pies a esa gentuza? Dicen que los políticos son corruptos, incompetentes y vagos. No estoy de acuerdo, todos vagos, no. La Xunta tiene acabados ocho Centros de Día para viejos en la provincia; no los abre. Viejos morir, costes abaratar. En los últimos 40 años la población de España aumentó un 50% y en Ourense disminuyó un 30%. ¿Alguien se siente aludido? Don Alberto, un reto: concéntrenos 5.000 fincas de 100 hectáreas en la provincia y ya verá como a los ourensanos nos sobran el 90% de los políticos, el 100% de los burócratas y vuelven los 100.000 que se marcharon. Estamos salvados. Convencieron a Artemio. ¡Se presenta!