El instituto de As Lagunas organizó un año un intercambio de estudiantes. A mi hija Julia la enviaron a la Bretaña francesa. La familia de acogida la agasajó llevándola a ver el Árbol Nacional. Julia me llamó al día siguiente y me contó: «Papá, ¡era un tojo enorme!». Nuestros munícipes acaban de dilapidar 12 mil euros para traernos un bonsái. Estos malgastadores nos informan que, solo de transporte, fundieron 3.000 euros. Está claro: el bonsái vino en limusina y con escolta. ¡Carísimo! (Servidor de transportes algo sabe). El haber escogido un bonsái, ¿es reflejo de estatura ética y moral? Con lo fácil que lo tenían; haberle preguntado a Pachi Vázquez, ejemplo de bien hacer y mesura pues se gastó una pila de dinero en su casa y pagó en el ayuntamiento 80 euros. ¡Así se ahorra! Decía en su artículo mi amigo José Jaime que Pachi Vázquez no tuvo reflejos. Reflejos si tuvo; lo que no tuvo fue vergüenza torera. Los bancos y las cajas no prestan. Evidente, no lo tienen. El poco dinero caro que hay, lo funden los políticos. Urge mandar a estos nuevos ricos para casa, cuanto antes, y que los ourensanos recuperemos el timón. No hay crisis. ¡La crisis son ellos!