Eso es lo que ocurrió en Ourense. Son los milagritos que generan las elecciones. Bienvenidas sean. Por ese lado podía haberlas más a menudo. Antes no había dinero y con las elecciones se arregla todo lo que estaba abandonado. Es el caso del Banco de España, magnífico edificio abandonado desde años ha. De la Catedral se nombra su arreglo. Comienzan por descontaminar Os Remedios para remediar el desaguisado del incendio que la asoló. Hasta han puesto bancos de lujo en el Paseo, estando bien los anteriores. «Que se haga el milagro aunque lo haga el diablo», aunque preferimos llamarle de san Apapurcio porque estas diligencias para aprovechar las ocasiones propicias se celebran como delicias para la ciudad, así que, hay que halagar que tienen con que pagar y, aunque quede la alcaldía arruinada, no es por nada, sino por mejorar la ciudad. Algunas obras vienen como enviadas del cielo, no las del parque de san Lázaro, que estaba bien. Y Feijóo, ourensano de pro, asegura que el informe que relega al 2018 el AVE se basa en datos técnicos, no políticos. Es natural, que sea ese año, porque si llevó 4 de Santiago aquí, desde Madrid, con más del doble de distancia, normal que tarde más.