Al Banco Pastor los criterios seguidos en los test de estrés, dejando de computar instrumentos de capital, le han penalizado. Le han impedido contabilizar obligaciones convertibles en acciones, que son capital, y también sus provisiones genéricas. La propia Consellería de Facenda admitía ayer que la entidad gallega ha salido «prexudicada» por ese cambio de criterio. Y por ello no llega al 5% en una de las notas de las pruebas, pero en otra supera sin problema ese listón.
La entidad que preside José María Arias colocó en abril, entre grandes y pequeños inversores, 252 millones en obligaciones convertibles, un instrumento que supone una ampliación de capital retardada, prevista para el 2014, aunque si el Banco de España lo pidiera, podrían convertirse en acciones mañana mismo. Sin embargo, la EBA, la autoridad europea que organiza los test, solo permitió contabilizar esas convertibles hasta el 2012. Santander y Caixabank se beneficiaron de ese calendario.
Descontada ese contingencia, y permitiendo que el banco sume las provisiones, la ratio de la entidad se queda por encima de los requerimientos marcados por la EBA, con un exceso de capital de 103 millones de euros. El Pastor no tendrá que llevar a cabo ninguna acción extra para cumplir con los test de estrés. «Demostramos capacidad de resistencia en entornos adversos, máxime teniendo en cuenta que no hemos contado con ayudas públicas», apuntaba el vicepresidente Jorge Gost.