Qué asco más rico trabajar en una Diputación! Que no daría uno de los más de 4 millones de parados por un trabajo así. Parados producidos, en gran parte, por la mayor fábrica de Europa: La Factoría Moncloa, S.A. Ahora dice un senador del PSOE: «Daríame asco traballar ás ordes de Baltar. Eu aínda teño unha dignidade». Me temo que su repulsión no sea una cuestión de asco. Más bien pienso que el tal senador socialista se huele que lo van a dejar fuera en las próximas generales y está intentando posicionarse. Lo logrará. La culpa no es de él, es de la ejecutiva provincial, es decir, del dedo de Pachi Vázquez que es el que hace y deshace en este asunto. Decía el gran Tierno Galván que Dios nunca abandona a un buen marxista; Pachi tampoco abandonará al político al que le da asco trabajar, según dice, a las órdenes de Baltar. ¡Al tiempo! Dentro de tres meses nos ofrecerán a los ourensanos el comodín electoral del público y ¡a jugar! Perdón, ¡a votar! ¡Qué asco! Nos equivocaremos. Son todos iguales. En este asco de política que nos han impuesto no hace falta ideología si no no hacerle ascos a un asco. Asco de trepas y arribistas que monopolizan las listas cerradas impuestas por unos pocos. Asco de los que escupen en el plato que les da de comer. ¡Qué asco!