
El Lusitano, abierto en 1930, va ya por su tercera generación familiar
05 feb 2012 . Actualizado a las 07:07 h.Xantar
A lo largo de la edición número 13 del salón gastronómico Xantar, Javier Silva ha estado al frente de la representación de la comarca de la Baixa Limia-Serra do Xurés. Es la décima ocasión en que visitan Expourense y el menú degustación con productos de la comarca limítrofe es una oportunidad única para hacerse una idea de lo que le espera al visitante que se acerca hasta Lobios para disfrutar de sus paisajes y de la gastronomía del Lusitano: «É un gran escaparate para toda a comarca».
El padre es Javier Silva Díaz y su hijo Francisco Silva González.
El progenitor viene de cumplir los 52 años y el hijo tiene 18 años.
Hosteleros. Tienen el Hotel-Restaurante Lusitano en Lobios.
El Lusitano es toda una institución en Lobios. Fundado en 1930 vivió sus años de mayor auge durante la construcción del embalse de Lindoso, lo que le permitió alcanzar fama más allá de la Baixa Limia y ser un referente de la buena gastronomía tradicional en toda la provincia de Ourense y el Norte de Portugal.
Los responsables de ese prestigio fueron los abuelos y padres de Javier Silva Díaz, que se encuentra ahora al frente del negocio en el que también colabora su hijo Francisco Silva, que en un futuro aspira a continuar con la tradición familiar. Pese a que el oficio Javier Silva lo aprendió, principalmente en casa, tampoco le falta experiencia en la emigración. Así, enumera con rapidez su paso por Venezuela y también por la Costa Brava, en Cataluña. «Foron experiencias que me permitiron coñecer o oficio antes de dedicarme por completo á restauración na miña terra», explicó el hostelero de la Baixa Limia.
El negocio de Lobios mantiene la tradición familiar con la que empezó en la década de los años 40. Su actual propietario recuerda con melancolía la época de la construcción del embalse de Lindoso: «Foi a nosa época dourada, e a que nos permitiu acabar de facernos un nome. Foi o empuxe definitivo».
Los referentes del Lusitano son, básicamente, la comida de caza. Además, Javier Silva recomienda el estofado, los callos y el arroz, acompañado de buenas carnes como el ciervo. A su lado, el hijo asiente y también se decanta por los platos de caza. Él echa una mano en la cocina, sobre todo, con los postres y reconoce que estar al lado de su padre le da mucha ventaja. «Lévase moi ben porque está sempre pendente de ti e che da moitas leccións. Son un privilexiado», señaló Francisco Silva.
Javier no esconde que su gran ilusión sería que su hijo tomara el relevo y mantuviera la tradición del Lusitano, algo que sin duda agradecería una clientela fiel que llega desde diversos rincones de su provincia, atraídos por una comida tradicional con un sabor único: «A profesión é grata pero tamén sacrificada porque fas moitas horas. Desde logo el ten o camiño aberto para seguir o negocio». A Francisco lo que más le atrae de la hostelería es el trato con los clientes: «É a parte que máis me gusta da profesión».
A juzgar por lo que dicen el resto de profesionales del Lusitano, el futuro está garantizado.