El alcalde de Ourense tenía previsto anunciar las novedades en la reunión que hoy celebrará el grupo municipal. La cita semanal es una de las innovaciones del nuevo curso, una decisión personal de Agustín Fernández, consciente de la necesidad de recomponer los rotos que afectan al grupo municipal socialista. Son reuniones de doce, para disgusto de cinco, de los ediles del grupo llamado pachista. Acuden los once concejales y lo hace también la directora xeral de personal, Carmen Rodríguez Dacosta, persona que goza de la total confianza del regidor y de la plena desconfianza del otro sector del grupo socialista.
La estrategia del alcalde se vio afectada, sin embargo, por un desliz. En el gabinete de comunicación del Concello manejaban una información que no estaba al alcance de la mayoría de los concejales. Tenían previsto, al parecer, difundirla hoy, martes, una vez que el regidor lo hubiese comunicado a sus ediles. Sería lo correcto. Por error, sin embargo, la remodelación acabó como coletilla, diez líneas sobre un total de 43, en una nota de prensa en la que anunciaba el gobierno local un asunto que afecta a la plantilla municipal, algo tan prosaico como la selección de personal para viceinterventor y oficial mayor.
Llega la remodelación, además, después de otra cena de viernes en Palmés, patria chica del exalcalde y capital espiritual del paquismo. Ha sido, dicen, una coincidencia. Un grupo de ediles del PSOE no se reúne en Palmés por casualidad, sino por la compañía, aunque luego resulte que el anfitrión está molesto porque se ve desplazado en el rumbo del gobierno local, con un alcalde que, al parecer, empieza a tomar decisiones sin consultar por sistema a quien ha sido su mentor en política. Pues como sea verdad que Rodríguez no estaba en el detalle de la crisis, igual es que ya toma forma el paquismo sin Paco.