
Vecinos aseguran que tras su desaparición bajó la actividad en el barrio
09 mar 2014 . Actualizado a las 07:25 h.El barrio de A Ponte lamenta el vacío que dejó en la hostelería local y en el ambiente de la zona el cierre de los tres locales emblemáticos, con el restaurante Adega do Emilio a la cabeza, que regentaba el desaparecido Emilio Paradela, Milucho, fallecido hace casi dos meses. Estos locales daban vida a la entrada del barrio desde el puente romano, en una esquina privilegiada al comienzo de la avenida das Caldas. La clausura de los establecimientos se deja notar en el día a día del barrio. En lo social y en lo económico. También en la asociación cultural Frei Canedo, de la que fue uno de los fundadores, y que el pasado lunes celebró su fiesta de carnaval sin uno de sus mentores.
En estas semanas sin la Adega do Emilio o sin Don Gaetano, los habituales de la zona reconocen que el tránsito de personas ha bajado muchísimo. «En el diario, sí se nota, no hay nadie. Y aún se notará más en verano, porque las terrazas estaban llenas de gente», considera Ignacio, uno de los miembros de la asociación Frei Canedo.
Otro de los vecinos, Alberto Pérez, que convivía en la misma calle con el fallecido, asegura que el bajón tras el cierre de los tres negocios se ha notado «muchísimo. Venía mucha gente de Ourense a comer o a consumir un vaso de vino. Ahora esto parece un cementerio, sobre todo cuando oscurece».
Lo mismo cuenta una tendera que prefiere no dar su nombre pero que afirma que lleva 50 años con el negocio abierto allí. «Hasta da miedo pasar de noche porque no se ve a nadie. El cierre de los locales se sintió muchísimo en general», afirma. En el aspecto comercial también se ha notado, pues el hostelero compraba algunos de sus suministros en las tiendas de la zona, asegura esta empresaria.
Una clienta de uno de los comercios de la zona destaca el vacío que ha dejado el cierre: «Es una pena muy grande. Había mucha gente, era un vivir que se fundió. Fue una pérdida grande. Deseamos que vuelva a funcionar, sería muy conveniente para el barrio».
El fallecimiento de Emilio Paradela fue una conmoción para los vecinos de A Ponte. Su cuerpo apareció sin vida en el interior de su coche el pasado 16 de enero tras denunciarse su desaparición. Desde entonces las persianas siguen bajadas.