Miguel Manzano trata de consolidarse como actor en Nueva York
17 mar 2014 . Actualizado a las 07:20 h.Sus años de formación escénica, sus actuaciones profesionales en proyectos de microteatro -en La Tuerka 27, con Daniel Currás, Milo Taboada e Iria Ares- y su participación en la película 9 olas, de Simone Saibene, animaron a Miguel Manzano (Ourense, 1986) a jugárselo todo a una carta: cambiar de aires y marcharse a Nueva York para abrirse camino como actor.
Desde la distancia reconoce que «se me hacía pequeña Galicia, y A Coruña, e irme a Madrid era una opción que no me apetecía» y que, por el contrario, «desde pequeño siempre sentí admiración por la ciudad de Nueva York. Llevaba años soñando con vivir aquí así que decidí dejar de soñar, arriesgar y venir a empezar de cero, Aquí nadie sabe quién eres. Da igual de quien seas hijo y lo que hayas hecho. Si vales y lo demuestras, te abren las puertas de par en par».
El mítico Actor?s Studio
Miguel Manzano compatibiliza su formación con la participación en los proyectos que van surgiendo. Asiste a clases en el mítico Actor´s Studio, con John Strasberg como maestro. Su padre, el legendario Lee Strasberg, se convirtió en uno de los personajes más reputados del sector audiovisual americano, tras contar con pupilos que luego se convirtieron en los actores más famosos de la industria del cine: de Marlon Brando a Steve McQueen, pasando por Marilyn Monroe, Al Pacino o Robert de Niro, entre otros.
En febrero el actor ourensano participó en la iniciativa I Sell The Shadow, proyecto de la cineasta Lisa Russell que tuvo como escenario la ONU y que se centraba en el protagonismo de los artistas inmigrantes en NY. Manzano está muy satisfecho con su papel en esta iniciativa: «El evento fue tan bien acogido y tan exitoso que nos han solicitado como delegados internacionales de la juventud en la World Conference of Youth, que se celebrará el próximo mes de mayo en Sri Lanka».
El sempiterno visado
Como todas las personas que tratan de abrirse camino en USA, el ourensano también está pendiente del visado. Con los trámites a vueltas, entre clases y proyectos para actuar, espera contar pronto «con la Visa O-1», que es la que acredita a artistas extranjeros, atletas, científicos, educadores y otros colectivos profesionales que desean realizar su actividad, de forma temporal, en Estados Unidos, en el mes de mayo.
Sobre los proyectos de futuro, Miguel Manzano se muestra esperanzado pero cauto. El actor ourensano admite que está a la espera «de más confirmaciones, de las que no puedo contar demasiado: hay un par de proyectos relacionados con lo que hecho hasta ahora y, si todo sale bien, para este mismo año, o como muy tarde para el 2015, caerá un nuevo largometraje».
Fascinado con Nueva York, dice sentirse encantado: «Hay mucho reproche y prejuicio, pero lo quieran o no, NY es otro mundo. No tiene nada que envidiarnos ni que envidiarle al resto del mundo. Hay que vivirla. Un mes aquí es como cinco en cualquier otro sitio: se come bien, se aprende, se ve mundo...». Echa de menos el cocido, aunque puede superarlo.
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