El juez desestima una reclamación por un accidente al considerarlo simulado

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OURENSE

20 may 2014 . Actualizado a las 12:10 h.

Los partes de accidentes de tráfico no siempre producen a los denunciantes los efectos perseguidos en cuanto al cobra de indemnizaciones o al pago de desperfectos en los vehículos. Es otro efecto de la crisis. El dinero se maneja con más cuidado. Las compañías aseguradoras recurren cada vez con más frecuencia al trabajo de especialistas privados para confirmar, y en muchos casos desmontar, el origen real de unos daños. Acaba de ocurrir con un caso en el que un particular reclamaba más de 6.000 euros por las consecuencias de un accidente de tráfico que la asegurado y el juez no creen que haya ocurrido como dice la denuncia.

Cuando la aseguradora se niega a pagar, al considerar que en los detalles del siniestro se incorporaron aspectos que son pura simulación, que no se corresponde a la realidad, al usuario le queda la opción de reclamar en la vía judicial. Siguió este camino C.U. frente a la compañía Allianz, a la que reclamaba 6.446 euros, pero no ha logrado el fruto esperado. El juez no ha creído su versión y no solo ha fallado en contra, sino que incluso ha impuesto las costas al autor de la demanda.

Un análisis privado, clave

Un informe elaboradora por un experto en dinámica de accidentes, Francisco Díaz, expresamente identificado en la sentencia por su minucioso trabajo, ha sido determinante para afianzar la tesis de que el accidente no se había producido de la forma en que aparecía recogido en la demanda del particular.

El documentado análisis aportado lleva al juez a concluir «la no relación de causalidad entre los daños que presentan los vehículos implicados y el pretendido siniestro del modo en que que describe» el demandante.

Como quiera que en este tipo de litigios es a la parte actora a la que corresponde la carga de probar los hechos, algo que en este caso no ha ocurrido, el juez ha fallado en contra. Añade las costas, además, al estimar que en este caso no había serias dudas de hecho o de derecho que hubieran dado lugar a que se declaran de oficio.