La Voz ofrece mañana a sus lectores la lámina de Ribadavia
24 nov 2014 . Actualizado a las 05:15 h.Si ustedes los lectores tienen la ocasión de conocer mejor la villa del Avia y pasear por sus barrios, seguro que se van a sentir como en su propia casa. La oportunidad de perderse por las antiguas rúas de un casco histórico con más de quinientos años de antigüedad es un privilegio para el visitante.
Bien decía Xosé María Álvarez Blázquez, en su Elogio de Ribadavia: «Venir a Ribadavia, cualquiera que sea el pretexto -y aún mejor si no hay pretexto alguno-, constituye un regalo para el alma y para el cuerpo».
Isabell Seidel caracteriza esta vez una de los lugares más fotografiados de la villa, la praza da Madalena, que a lo largo de la historia también se llamó plaza de la Cruz, plaza Vieja y plaza de la Libertad. Hasta 1898 el primer Cuartel de la Guardia Civil se ubicó en esta plaza, siendo posteriormente trasladado al barrio de San Francisco, cerca de la nueva estación del tren, inaugurada en 1881.
Leopoldo Meruéndano decía sobre esta plaza ribadaviense: «Es notable por las arcadas de sus soportales, cuyas columnas son en extremo esbeltas y elegantes, presentando en su fachada además de dos escudos, dos medallones con los bustos de una dama y un caballero en traje de época. Es de mucha capacidad y fue edificada en el siglo XVI sobre las ruinas de la que fue aljama o sinagoga de los judíos».
La praza da Madalena es también el punto de partida de la evangelización de las Filipinas. En una de sus casas hay una placa de mármol promovida en el año 1960 por el Consejo Superior de Misiones del Ministerio de Asuntos Exteriores y dedicada al fraile agustino Fray Jacinto Antonio de Ribeira y Balboa, evangelizador de las islas Filipinas, nacido en Ribadavia el 15 de marzo de 1694, y que falleció el 24 de diciembre de 1745 en la isla de Luzón. Vivió en Ribadavia hasta 1707, marchándose luego a Santiago de Compostela, donde tomó el hábito agustiniano en 1709, con 15 años de edad.
Fue un gran conocedor de la lengua ilorana de las Islas Filipinas en la cual escribió varios libros. Fue misionero, prior del Convento de Manila y gobernador eclesiástico de Nueva Guinea. El día 9 de septiembre de 1960 una representación de la embajada de Filipinas en Madrid, de la orden de los agustinos y de autoridades locales y provinciales ofreció un sencillo homenaje en Ribadavia.
La Iglesia da Madalena es en su estructura del siglo XVIII. En su origen inicial, fechado en el siglo XII, fue la parroquia de San Xés, siendo conocida desde el año 1486 como Santa María Magdalena. Actualmente no se realiza ninguna actividad religiosa, siendo destinado el edificio para la organización de actividades culturales.
Toda esta historia invita a descubrirla la obra firmada por la pintora Isabell Seidel, en exclusiva, para los lectores de La Voz de Galicia que tendrán un nuevo pretexto, aunque no sea necesario, para visitar Ribadavia.
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