«Mi mujer me ha dicho muchas veces que me enamoré más de esta tierra que de ella»
19 dic 2021 . Actualizado a las 17:36 h.Histórico dirigente del Partido Popular, con el que llegó a ser senador por Ourense, acaba de fichar por Ciudadanos y ya forma parte de su junta directiva local en la capital ourensana. Todavía presidente de la asociación de vecinos Centro, Ignacio Martín Amaro ocupó hasta su jubilación distintos cargos de responsabilidad en símbolos de la economía ourensana como Barreiros o Caixa Ourense. Pero no nació aquí. Hijo de militar, vio la luz en Alicante en 1944 y vivió en distintos puntos de la geografía española hasta que, en Madrid, donde estudiaba Derecho y Empresariales, conoció a la que más tarde sería su mujer, una ourensana que entonces hacía Farmacia. La primera vez que Ignacio Martín estuvo en Ourense fue para pedir su mano en el año 1968.
Lo suyo con esta ciudad es una historia de amor, pero no solo por su esposa. «Me ha dicho muchas veces que me enamoré más de esta tierra que de ella», asegura entre risas. El parque de San Lázaro, donde vivían los padres de su mujer, fue lo primero que vio de la ciudad, le encantó y esa imagen se le ha quedado grabada en su memoria. Por ese motivo elige este espacio como su rincón preferido de Ourense.
Pero podrían ser muchos otros. En torno al año 1970 se estaba montando en el polígono la fábrica de Eduardo Barreiros y él entró a trabajar como jefe de personal. Desde esa posición privilegiada pudo ser testigo del éxito de los famosos motores diésel que producía la compañía. «Estuve dos años y en ese tiempo pasamos de seis trabajadores a 450», relata Martín Amaro, que después fichó como jefe de personal en Citroën, en Vigo. Eran tiempos en los que se hablaba de la posibilidad de que esa compañía abriese también una factoría en Ourense, pero esos planes nunca se concretaron e Ignacio Martín no quiso esperar más, así que tras dos años allí, acabó volviendo.
Fue entonces cuando comenzó su trayectoria profesional en Caixa Ourense, que terminó cuando esta se fusionó con las cajas de Vigo y Pontevedra para formar Caixanova (ahora integrada en Abanca). Esa decisión fue, a su juicio, «una gran metedura de pata». Según dice, «de las tres es la que estaba más saneada» y era sobre todo a la de Vigo a la que más interesaba la operación. Y, además, se quedó con el control de la nueva caja. El escaso consuelo que le queda a Martín Amaro es que los dirigentes que sellaron aquella decisión «terminaron como terminaron».
El caso es que él se oponía a la fusión y su salida de la nueva caja era inevitable. Llegó a un acuerdo para prejubilarse en el año 1999, con 55 años. Antes, paralelamente a su paso por Caixa Ourense, Ignacio Martín Amaro había desarrollado también su faceta política. Con la llegada de la democracia, se sumó al proyecto de Alianza Popular en sus inicios y acabó siendo senador en representación de la provincia entre los años 1982 y 1986 con Eduardo Olano y Julio Gurriarán como compañeros. Su carrera política en cargos de relevancia no pasó de ahí. Siendo senador, cuenta que quiso optar a dirigir el partido en el distrito centro de la capital ourensana, pero la asamblea fue anulada y en los días siguientes sus rivales hicieron «ciento y pico afiliaciones» para derrotarle. Él denunció el caso en los juzgados y eso no gustó a Fraga. «Vino a verme a Madrid y me dijo que los trapos sucios se lavan en casa», cuenta Ignacio Martín, que acabó retirando la querella y retirándose él de la primera línea política.
Acaba de fichar por Ciudadanos y se declara amante de los viajes de aventura
Fuera de cargos políticos de primera línea y prejubilado a los 55 años, Ignacio Martín Amaro ha querido mantenerse activo. Cansado de sus discrepancias con el que durante décadas fue su partido, especialmente molesto con la gestión de su actual presidente provincial, abandonó el PP y ha fichado por Ciudadanos. Su experiencia ha sido valorada como un activo por la formación naranja y, al poco tiempo de afiliarse, ya se ha convertido en miembro de su junta directiva en la capital ourensana.
Es la última aventura de un hombre muy aficionado a los viajes exóticos. Es un gran amante de la caza y de la pesca y cada dos o tres años viaja a Alaska para la campaña del salmón. Sigue, además, muy implicado en el movimiento vecinal y colabora con Stop Accidentes y una asociación de empresarios jubilados que ayuda a nuevos emprendedores de forma gratuita. Él, además de tener durante años un despacho junto a Martínez-Randulfe, tenía una empresa de exportación e importación y fundó una sociedad para crear un balneario en Ourense, sin éxito.