Los deportes de motor siempre han tenido una gran acogida en esta provincia de afiladores y oficios artesanales. Nunca faltaron manos hábiles a los mandos de cualquier volante, fuera cual fuera la categoría, e incluso lo de la mecánica se les dio bien a un buen número de especialistas desde los tiempos del mismísimo Eduardo Barreiros.
Hablando de velocidad, en estrictos límites competitivos, las hazañas de Lalao Reverter y Antonio Colemán quedaron inmortalizadas en forma de escultura al lado del inconfundible Alpinche. Tras sus pasos, otras figuras locales y muchas de las estrellas del automovilismo patrio hicieron grande la leyenda del Rali de Ourense, pero siempre ha faltado el piloto que canalizara toda esa pasión que se respira cuando se encienden los motores en este terruño.
La temporada de 2017 será crucial para Javier Pardo. El alaricano es ambicioso como pocos y mira, amparado en su juventud, a las cotas más altas. Los nacionales de tierra y asfalto estarán en su agenda de carreras para el curso que ya inició en Lorca y, aunque el principio más parece de esos que prefieren los gitanos, ha demostrado con creces que tiene argumentos para dejarse ver entre los mejores.
Tampoco perderemos de vista a César Rodríguez, un habitual de las citas del estatal de montaña que debuta como piloto oficial de Silver Car. Su estreno con la marca de monoplazas hace pensar en un salto cualitativo que abra camino para otros ourensanos que parecían encontrarse con la barrera presupuestaria como escollo insalvable, después de mostrar su pericia en las carreteras gallegas. Interesantes volantazos.