La actriz protagoniza «Invencible» junto a Jorge Bosch, Pilar Castro y Jorge Calvo
17 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Al Principal llega este domingo el montaje teatral «Invencible» (19.00 horas). Adaptación del texto original de Torben Bett, la obra ha sido definida como «una de las sátiras sociales más interesantes del teatro reciente». En la propuesta que se podrá ver el día 19 se narra la historia de una pareja con un estatus social y cultural elevado que se ve obligada, por la crisis económica, a trasladarse a un barrio más humilde de la periferia. Deciden entonces relacionarse con sus nuevos vecinos, para adaptarse al entorno, y lo que nació como una declaración de buenas intenciones termina por convertirse en una pesadilla para las dos partes. Emilia y Julio -Maribel Verdú y Jorge Bosch- son los urbanitas; Laura y Pablo -Pilar Castro y Jorge Calvo- los vecinos del barrio.
-Las crisis, económicas y de pareja, protagonizan varios montajes en cartelera.
-La función no habla de crisis, aunque sí es el origen de la historia, sino que incide en las diferencias sociales tan bestiales que hay, que al final son las que imperan siempre. En este caso es un matrimonio de buena clase media, intelectuales, que se ven obligados a irse a un barrio obrero del sur de la ciudad. Pongamos que de Madrid.
-¿Qué provoca la debacle?
-Deciden socializarse e invitar a los vecinos. Lo típico: para conocerse mejor y para que sus hijos puedan jugar juntos en la calle. Y lo que aparece es algo que -hay que ver la función para darse cuenta de esa diferencia de clase social- provoca que aparezcan posiciones irreconciliables. Pasas media hora con esa pareja y te quieres morir... y lo mismo dirán ellos de pasar media hora con nosotros.
-En estos casos siempre hay un ganador y un perdedor ¿Quién es en «Invencible»?
-Aquí perdemos todos. Es una obra llena de sorpresas y hasta el final no se sabe. E incluso llegando al mismo, aún el montaje se da la vuelta.
-¿La apuesta es el suspense?
-Misterio y suspense marcan el discurrir de la obra.
-Emilia es una pintora que además tiene un carácter fuerte y es líder. En el otro matrimonio el marido imita a Chiquito de la Calzada. ¿No son roles esteriotipados?
-Sí, sí. Son personajes que están como muy al límite, muy caricaturescos. Efectivamente mi personaje es bastante mandona, muy radical en todo. Aunque a ella le ha pasado algo muy terrible en la vida, que se averigua a lo largo de la función, y puedes entender de alguna manera su comportamiento de loquita y porque está un poco trastornada.
-Siguiendo con los misterios a desvelar ¿Quién es el gato que da nombre al montaje?
-El que nos trae por la calle de la amargura a mi marido y a mí. Y el culpable de todo lo que se organiza en la obra.
-En todas las referencias se destaca el trabajo de adaptación del texto de Betts.
-Lo hizo Jordi Galcerán, que es un genio para las versiones y adaptaciones, y cuando trabajas con un director como Daniel Veronese eres una privilegiada. Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida con un director. Ha sido gozoso el viaje de los cuatro con él.
-¿Trabaja en otros proyectos?
-En unas semanas finaliza la gira y en abril tocan vacaciones. Está pendiente el estreno de «Abacadabra», de Pablo Berger, y estoy ultimando un rodaje. No puedo decir más, solo que será una comedia.