La firma abrirá próximamente un establecimiento en el aeropuerto de Mallorca
05 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«El lino es un cultivo de tejidos fríos, muy sostenible, que necesita muy pocos insecticidas para ser producido, es mucho más sostenible que otras fibras, y ese es el motivo por el que tanto lo trabajamos». Lo explicaba Adolfo Domínguez recientemente, en una visita a las instalaciones de la empresa ourensana. El diseñador, acompañado de su nuevo equipo, aprovechó la ocasión para destacar aquello que lleva tiempo haciendo -y que continuará siendo así, pese a estar sujetos a las demandas de los consumidores- y aquello que va a cambiar por generar malos resultados. El lino forma parte de eso por lo que Domínguez apostaba en sus comienzos y por lo que seguirá apostando en el futuro. Y entre las novedades para impulsar la marca está su nueva política de gestión y de organización de tiendas. «Nosotros iremos buscando lo mejor en cada ciudad y en cada zona. Ahora mismo, el cambio estratégico que hemos tenido en estos seis meses ha sido en términos generales: hemos cambiado algunas tiendas de sitio y hemos cerrado otras», subrayaba Dora Casal, que desde agosto de 2016 es la directora del departamento de Retail. Fundamentaba las medidas puestas en práctica en que el establecimiento tipo por el que se decantan desde la marca no es una «macrotienda» y en que es cierto que se cerraron locales -un total de treinta en los últimos años- pero para organizarlos y reubicarlos de un modo más coherente. Así, según Casal, se está planificando la apertura en el aeropuerto de Palma de Mallorca -el tercero más importante de España en cuanto a número de viajeros- de una tienda de la firma que hasta ahora no existía.
Por otro lado, Elena González adelantó que uno de esos giros que pretenden dar en la firma es hacer prendas para todas las mujeres. «Queremos producir ropa de autor al mejor precio, aunque es difícil y es importante la labor de compra y gestión previa a la producción que se realice», ahondó. González, que está a cargo del departamento operativo, añadió que «no se trata solo de bajar o no bajar el precio de las prendas, sino de la calidad» que aspiran a ofrecer a sus clientes y que llevan impresa en su ADN.
«Antes trabajábamos con productos de gran calidad y a precios más altos, algo que resultaba mucho más sencillo -continuó- y ahora estamos intentando trabajar con calidades buenas pero a precios más bajos, lo que dificulta el proceso». En esta línea, González destacó que se trata de una marca que tiene cuarenta años y que uno de los objetivos principales es el de rejuvenecerla. «En estos momentos estamos vendiendo a dos generaciones: a madres y a hijas, que en ocasiones incluso comparten vestuario si son de los mismos gustos. A mí me pasa con mis hijas».
También en esto hizo hincapié Casal: «Nosotros al final lo que estamos haciendo es vestir a la mujer real y ese trabajo que Elena ha comentado es doble porque por un lado el precio y la calidad van de la mano y por otro cubrimos un amplio espectro de tallaje para mujeres reales, delgadas y de tallas más grandes».
De este modo la firma ourensana espera no quedarse solo en el nicho de mercado de mujeres con más poder adquisitivo o de cintura de avispa sino abrir un abanico de posibilidades. Todos estos cambios se producen en el veinte aniversario de otro acontecimiento que superó las expectativas más altas de la firma: su salida a bolsa.
«La empresa continuará apostando por los mercados más rentables»
La tienda en el aeropuerto de Palma de Mallorca, cuya apertura está prevista para el mes de julio, será la decimoquinta del diseñador situada en un emplazamiento aeroportuario, algo por lo que está apostando muy fuerte su nuevo equipo directivo, al mando desde septiembre de 2016 y que ha cerrado su primer semestre al mando con un crecimiento del 51 %. Este establecimiento supone un valor añadido por tratarse de la tercera terminal más importante del país en cuanto al número de viajeros. Además, la firma suma ocho puntos de venta en los cinco principales aeropuertos españoles.
El enfoque hacia este tipo de compradores traspasa las fronteras nacionales: Adolfo Domínguez tiene una tienda en el aeropuerto de Lisboa y otras seis en los principales de México. Y esta internacionalización se hará notar especialmente en el mercado de Oriente Medio, donde la compañía inaugurará este mes su segunda tienda en Doha y prepara cuatro aperturas más.
Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Irán, Kuwait, Catar, México, Perú o Portugal son algunos de los países que concentran el 45 % de los puntos de venta de la marca, que se encuentran en el exterior. «La estrategia de la empresa pasa por continuar apostando por los mercados de mayor rentabilidad, así como por el cierre de las tiendas con menor aportación a los números de la compañía. El nuevo mapa de tiendas aumenta su peso y sus ventas internacionales un 37 % en 36 países, con un crecimiento de casi diez puntos en las cuentas», indicaba Antonio Puente, director de Control de Gestión.