En los comercios alejados del centro apuran al máximo los descuentos para fidelizar clientes
03 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El balance que hace Almudena Gómez, dependienta de la zapatería Tambi situada en el barrio de O Couto, de la temporada estival no es muy positivo: «La gente compra menos y por lo tanto gasta menos. Nunca le está asequible el precio que tienen las cosas. Además a la gente le gusta mucho regatear. Por esa razón bajamos bastante los precios de nuestros productos para intentar mantener las ventas». Aún así cuentan con clientela fija y también gente que viene de vacaciones a la ciudad: «Nosotros tenemos dos tiendas, una aquí en el barrio y otra en el centro. Se nota que en la que está más céntrica entra mayor cantidad de gente de fuera que en las tiendas que están a las afueras. En definitiva no es como antes que se vendía mucho más», comenta.
Haciendo una comparativa con otros períodos de descuentos, Almudena Gómez asegura: «Yo creo que son mejor las de la temporada veraniega que las de invierno puesto que los turistas son una parte importante de la clientela. Se nota un montón la diferencia de una temporada a otra». Sin embargo, el buen tiempo no animó las ventas tal y como esperaban muchos comerciantes ourensanos: «La meteorología no influye. Hay días que hace muy buen tiempo y la gente no entra en la tienda. Lo que sí son días muy buenos es cuando se ponen las rebajas y, sobre todo, cuando empieza el período de los segundos descuentos. Ese momento llama muchísimo más a los clientes que al principio del período de descuentos».
Gómez opina que la famosa crisis tampoco fue un detonante para que la gente sea más reacia a gastar su dinero durante las rebajas: «Tu vas a los bares y a los centros comerciales y ves que están a tope. Yo creo que afecta más al pequeño comercio que a las grandes cadenas», subraya.
En cuanto a la competencia con otros comercios, la joven explica: «Hay que ir adaptándose a los precios que tienen los demás. Si tu quieres vender como ellos te tienes que amoldarte al resto de las tiendas. Pero, en mi opinión, si sigues esa filosofía de negocio al final te va acabar pasando factura», destaca Almudena.
«La crisis afectó más al pequeño negocio que a las grandes cadenas comerciales»