Manuel Penín instalará en primavera su escultura en homenaje a José Ángel Valente
09 ene 2018 . Actualizado a las 13:39 h.El artista ourensano Manuel Penín afronta un año cargado de proyectos. A alguno le está dando forma en estos días en su estudio del centro de la ciudad, otro está finalizado -solo falta la instalación de la pieza- y ha confirmado la ayuda institucional para una nueva iniciativa que pondrá en marcha en el segundo semestre del año. En este 2018 volverán a tener protagonismo los retratos a lápiz, realizados con una sola línea, que inició con la exposición Human Matter -que se pudo visitar en el Simeón en el 2013-. Tras su paso por varias ciudades, la nueva etapa tiene ya destino y colectivo específico.
-¿Cuántos retratos ha elaborado hasta la fecha?
-Desde que empecé, hace cuatro años, unos mil.
-Comenzó realizando sus dibujos en vivo en el centro cultural de la Diputación. ¿Por dónde ha pasado desde entonces?
-Tras la experiencia de Ourense estuve con Human Matter en Berlín, Compostela, Londres, Nueva York y ahora me voy a Cuba. Y luego a un barrio marginal español, que está por decidir. En este caso será una propuesta mucho más ambiciosa por su conexión con el sector audiovisual.
-¿Qué trabajo hará en Cuba?
-Mi intención es hacer retratos de boxedadores. Me atrae de manera especial la mirada de estos deportistas y en principio mi intención es dibujar a todo tipo de boxeadores: desde los niños que empiezan a las mujeres que practican este deporte, pasando por los profesionales y los deportistas ya ancianos. Desarrollaré el proyecto en La Habana y en una ciudad más pequeña.
-¿Cuándo será?
-Ahora. A finales de este mes marcho a Cuba a realizar los retratos de una línea a boxeadores.
-¿Y el proyecto audiovisual en qué consistirá?
-Será lo mismo pero en un barrio gitano marginal. Barajo Sevilla o Barcelona como espacio para la experiencia, que consistiría en realizar los retratos a la gente que vive en estos lugares, los guetos de la sociedad actual, y rodar un documental sobre ese trabajo artístico y la convivencia.
-¿Quién lo dirigirá?
-No sé. Contemplo varias opciones y directores, pero aún no está decidido. Tampoco las fechas. Sí puedo decir que se hará porque acabo de confirmar el apoyo institucional al proyecto.
-Tenía pendiente una propuesta escultórica para la ciudad.
-Para mí esa experiencia ya es un trabajo finalizado. La escultura de homenaje a mi admirado José Ángel Valente está rematada y se instalará en el parque de San Lázaro en la primavera. Él nació un 25 de abril y esa fecha, o en ese entorno, sería un buen momento para la inauguración.
-El estudio está repleto de obra nueva. ¿Trabaja en alguna exposición?
-Son cuadros que formarán parte de la muestra que se podrá ver en la iglesia de la Universidade de Santiago de Compostela en el segundo semestre de este año. Antes, en mayo y junio, realizaré una pequeña muestra de mis pinturas en Roberto Verino.
-¿Escultura, pintura o dibujo?
-Son tres aspectos de mi obra. Me gusta la escultura porque el volumen es un cuerpo a cuerpo, más físico que la pintura incluso. Pintar es el trabajo en solitario; la pintura es estar en soledad, es mucha introspección y, sobre todo, el trabajo de color. El retrato de una línea es blanco y negro, lo que allí -en la pintura- es mancha y color, aquí es línea y conexión con el retratado.