El instructor David Cabreira, único autorizado en Ourense para impartir la disciplina de defensa personal «krav magá», enseña cómo buscar una solución para salvar la vida evitando la confrontación
15 ene 2019 . Actualizado a las 13:25 h.Los cursos de defensa personal o de autoprotección para mujeres son una opción cada vez más frecuente y una forma de luchar
contra la lacra de la violencia machista. La Xunta, por ejemplo, organizó más de 25 el año pasado en mancomunidades y ayuntamientos. Pero hay colectivos privados que ponen su granito de arena para colaborar y ayudar a las mujeres, en general, y a los hombres también, a aprender técnicas de autoprotección. El club deportivo KME organizó el pasado fin de semana un seminario abierto a 47 plazas, en recuerdo de las 47 mujeres que, oficialmente, fueron víctimas de la violencia de género el año pasado. «Ojalá no fueran necesarios este tipo de seminarios, pero hay un miedo generalizado y la mujer quiere aprender a defenderse», destaca Ánxela Vilanova, secretaria del club.
El instructor de estos seminarios y de los cursos privados es David Cabreira, especialista en krav magá, una disciplina de defensa personal que nació en Israel a mediados del siglo pasado. Se basa en técnicas simples y eficaces, con el objetivo de protegerse para salvar la vida. Cabreira explica que han realizado cursos para ayuntamientos o asociaciones de mujeres, aunque matiza que falta todavía mentalizar a las féminas en general de que la defensa personal no es algo solo de hombres. «Mis clases son del 70 % hombres y del 30 % mujeres», detalla. «Hoy en día, a la gente le preocupa más la seguridad», observa.
El instructor explica que lo primero que hay que trabajar es en la concienciación y en la autoconfianza, una cuestión más psicológica que física. Las técnicas enseñan a prevenir la confrontación, aunque en el seminario se practicó con hombres para que se vea que se puede aprender a defenderse de personas de superior tamaño. En general, en todo caso, «no interesa un enfrentamiento a puños. El agresor puede ser más de una persona, hay que buscar distancias, ir a zonas seguras si se ve algo extraño», apunta. Tener estas técnicas aprendidas ayuda a evitar el bloqueo mental. Ante una situación de peligro, «hay que actuar: para correr, para buscar un refugio o poner un obstáculo», añade. Lo que se trata de saber «buscar una solución en un mínimo de tiempo sin confrontación», dice Cabreira.
«El miedo lo vamos a tener siempre, pero nos ayuda a reaccionar. Lo que nos bloquea es el pánico», señala el instructor. Por ello, trabaja con ejercicios de estrés en los que se provoca sensación de miedo al alumno para que aprenda a no bloquearse. Cabreira considera que una parte más importante es la prevención y aprender a ser cautos, a reaccionar con calma, utilizando un tono de voz tranquilo. Así se pueden evitar problemas mayores, apunta, en situaciones como las peleas nocturnas.
Las técnicas del krav magá son adecuadas para todo tipo de edades y no exigen una condición física previa, pues se basan en movimientos naturales, casi instintivos. Hacen técnicas de forcejeo, se enseña cómo afrontar un agarre por detrás, cómo proteger la cara frente a golpes y a tener estabilidad o trabajo de suelo «para posicionarnos si quieren tirarnos para una violación».
Cabreira cuenta que una alumna consiguió evitar un robo en Barcelona bloqueando la mano del delincuente y cómo le costó «desbloquear» a una mujer que había sufrido violencia de género siendo menor. Si le tocaban la nariz, donde había recibido tantos golpes, salía su rabia. Pasó de estar desorientada a ser capaz de salir a la calle y volver a su casa, previniendo un posible peligro.
Titulado por el Estado de Israel y el Consejo Superior de Deportes, Cabreira dice que todos los años va a un pueblo cerca de Tel Aviv a formarse con su maestro. Se decantó por esta disciplina buscando «aprender a superar una situación sin producir riesgos». Recomienda el krav magá para personal de seguridad privada o quien trabaje de cara al público. El 9 de marzo será el próximo taller abierto, pero los cursos privados siguen en Salesianos y en Xinzo.