Un testigo del crimen de A Esmorga: «Óscar dixo que o tiraran ao canal»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El segundo acusado también atribuyó la muerte de un joven de 22 años a una caída

25 abr 2019 . Actualizado a las 08:05 h.

Poco a poco se arroja más luz sobre los hechos ocurridos en la madrugada del 18 de diciembre del 2014 y que terminaron con la muerte del joven Alexandru Walter Blogio en las aguas del canal de O Viñao, en Boborás. En el segundo día de juicio por este asunto, conocido como el crimen de A Esmorga por las similitudes con los hechos descritos en la novela de Blanco Amor, prestó declaración una de las últimas personas que, además de los acusados Eduardo L. P. y Óscar E. L., vio con vida al joven rumano de 22 años. Y su testimonio sirvió, aunque plagado de lagunas, para apoyar la versión de las acusaciones.

Brais P. V., a quien en su día se imputó por haber causado lesiones a Alexandru (aunque finalmente ese asunto se sobreseyó), relató que la noche de autos estuvo bebiendo con un grupo de amigos entre los cuales se encontraban los acusados. Primero estuvieron en un bar de O Carballiño, luego en casa de Eduardo, en Cameixe (Boborás) y después, de nuevo, en la villa del Arenteiro. Allí, en el pub Dardos, conocieron a la víctima, que tras el cierre del local se unió a ellos cuando decidieron volver a la casa de Eduardo. Durante unos minutos Brais se ausentó del lugar porque fue a llevar a su casa a otro amigo, quedando en la casa los acusados y la víctima. Cuando regresó, las cosas ya no iban bien. «Estaba todo tirado polo chan porque houbera pelexa entre Óscar e Alexandru», relató, explicando que este acusado fue quien repetidamente golpeó a la víctima, llegando a estampar su cabeza contra el suelo. Él mismo reconoció haberle dado también «un bofetón ou dous». Luego bajó la esposa de Eduardo y, tras reñir a todos por lo que estaba pasando, ayudó a curar las heridas del agredido, que sangraba profusamente por la boca porque -este extremo no lo confirmó Brais pero sí los sostienen las acusaciones- le habían roto todos los dientes con los golpes.

Recordó el testigo que después cogió una manguera para limpiar la sangre de Alexandru que había en el suelo, tras lo cual decidió marcharse de la casa junto con Pilar y sus hijos. Antes escuchó algo fundamental para el caso: «Dixeron que iban a tirar ao rapaz ao embalse», afirmó, ratificando lo que ya asegurara en sede judicial tres días después de los hechos.

Uno empujó y el otro miró

Pero no pidió ayuda ni hizo nada por evitar que aquel plan pudiera cumplirse. Y aunque no sabe lo que pasó después, sí recordó que ese mismo sábado, cuando a primera hora de la tarde se supo que un cadáver había aparecido en el embalse de Boborás, fue a ver a Óscar. «Contoume que houbera unha pelexa e que o tiraran», relató ante el tribunal del jurado, para precisar después que el domingo, durante un encuentro en Ourense entre los dos acusados, Óscar le reconoció que había sido él quien había empujado a Alexandru al río y que Eduardo estaba también allí cuando ese suceso se produjo.

Relató también el testigo, que se tomó su tiempo para contestar algunas preguntas con la excusa de que había pasado muchos años desde los hechos, que la propia esposa de Eduardo sospechó, tras saberse de la aparición del cuerpo, que su marido había estado involucrado en el suceso. Eso sí, los detalles de ese momento no quedaron demasiado claros por las lagunas e imprecisiones de Brais, por lo que es previsible que la testigo que más preguntas tenga que contestar durante el tercer día de juicio, previsto para este jueves, sea precisamente esa mujer, que actualmente está divorciada del acusado. También declararán sus hijos.

«Non sei como caeu; cando o vin xa estaba abaixo, no río», arguyó uno de los imputados

Ni Eduardo L. P. ni Óscar E. L reconocen haber tenido implicación directa en la muerte de Alexandru, pero las versiones que aportan sobre los últimos minutos de la vida del joven son distintas y, en cierta medida, difíciles de entender. Después de que el primer día de juicio Eduardo dijera que en el momento de la caída él estaba en el suelo y cuando se levantó escuchó a Óscar decir «un rumano menos», en la segunda sesión este acusado negó rotundamente tal extremo, relatando que tanto él como la víctima cayeron contra la valla del canal empujados por Eduardo. «Eu empezei a patalear, asustado, e cando levantei a cabeza xa non no vin, estaba abaixo, na auga», dijo, añadiendo que «non vin como caeu».

Sí coincidió Óscar con la versión de Eduardo en lo relativo a que ambos habrían tratado de ayudar a Alexandru, que braceaba desde el río. Según él, llegó a meterse en el agua pero no lo pudo sacar, mientras Eduardo lo tranquilizaba con frases como «aí adiante seguro que xa sae só».

Sobre las circunstancias que los llevaron a conducir hasta la orilla del canal, con el joven herido dentro del coche, no quiso este acusado aportar detalles. Dijo que había sido Eduardo quien decidió coger el automóvil y que durante el trayecto la víctima sacó una navaja y le intentó pinchar. Pararon en el canal, hubo forcejeo y, tras la caída de Alexandru al agua y la búsqueda infructuosa, ambos se marcharon de allí. Vieron a un guardia civil por la zona, pero prefirieron seguir su camino y callarse.