Hace algunos años, en las páginas de esta misma edición -hemeroteca dixit-, un emprendedor ourensano, al frente de la compañía aérea Privilege Style, bautizó con el nombre de Eduardo Barreiros a uno de sus aviones.
Chema Álvarez, presidente de la aerolínea, explicó entonces que le apetecía rendirle un homenaje a un visionario del calibre de Barreiros, uno de sus espejos como empresario que ha llegado a tener clientes del relumbrón del Real Madrid, el FC Barcelona o la propia Federación Española de Fútbol. Por eso el Boeing Eduardo Barreiros esperó en la madrugada del pasado lunes a la selección nacional sub 21, que viajó de regreso a España desde Liubliana, tras levantar la Copa de Europa en el estadio Friuli de Udine. Y no es el primer viaje jolgorio de Privilege con la Roja o sus categorías inferiores, porque también transportaron el primer cetro continental de su época dorada, el que bajaron al alimón Luis Aragonés y Casillas en un abarrotado aeropuerto de Barajas.
Álvarez, que cuenta en la flota de su compañía con las aeronaves Trives -su localidad natal- y Auria -en la que Messi celebró más de un trofeo blaugrana-, disfrutaría con toda seguridad si algún día pudiera trasladar a un COB de ACB o al un equipo ourensano que se plantara en el Bernabeu. Vale, que de momento hablamos de viajes en autobús y no en aviones de lujo, pero el trabajo, como preconizaron Barreiros y el propio presidente de Privilege obtiene recompensas que se creían inalcanzables.
Por ahora, vemos a la élite del deporte mundial a bordo de aeroplanos que evocan a nuestra provincia. Casi nada.