El ourensano Vidal Souto es un creador universal que renueva el lenguaje de la pintura
01 sep 2020 . Actualizado a las 17:09 h.«Por el cedazo de la vida haz pasar el cielo puro». Paul Eluard.
No existe artista más completo, paradigmático, polifacético y comprometido que Vidal Souto. Siendo miembro del ourensano cenáculo mítico de «Os artistiñas» auspiciado por Risco, cultiva una libre idiosincrasia mágica y plétora en imaginación con una sensibilidad única y una poética ingenuista y Chagalliana con el rumor de las olas y la aldea en su celebración de la naturaleza y una figuración de rigor escultórico que remite al retablo íntimo y vitalista del maestro Arturo Baltar, formas redondeadas y románicas simplificadas de trazo caligráfico y sinuoso.
Sorprende esa superdotación y talento para la expresión plástica en todos sus lenguajes del más hermético y psicológico en la indefinición del abstracto cromático al figurativo en una pintura magmática de marca propia y superficie expandida a la creación, una escultura caracterizada por el colosal primitivismo de las formas antropomorfas y femeninas esquematizadas con una geométrica síntesis de siluetas y sombras, que alargan y proyectan su impactante y esencial anatomía de talla directa sobre la madera sin tratar, expuestas a la natural erosión de los elementos, que oscurecen la piel de árbol que las envuelve, maquillando en las que en piedra pule retratos polícromos y anónimos expresivos y formas en harina de maíz al horno.
Una de sus siete vidas de gato, es la de bucanero, bravo marino que acompaña al acordeón los cantos de las sirenas que se enredan en el mascarón de proa, en la parte alta del tajamar surcando estrellas, mares y mareas. En otra de las vidas dignifica la profesión del artista, refiriéndose al proceso creativo, a los útiles del creador en metáforas del pintor y la modelo, Pigmalión y Galatea. Esa vida tiene rumor de bohemia, vino y rosas y pianos que se precipitan en atronadora melodía y ardor revolucionario sobre las piedras de la calle. Púgil voraz y saturnino del arte, golpe a golpe, verso a verso. Combativo, su obra de gran honestidad, tiene una factura densa que anula los límites interdisciplinares, expandiendo la pintura en el espacio craquelado de lo escultórico, enérgico, valiente, comprometido.
El tratamiento brutalista, expresivo y gestual, no enturbia su esencia exquisita y su elegancia literaria victoriana de héroe de leyenda. Del clamor del Sestao al ritmo existencial, propiciatorio y fértil de lo rural y la exaltación de una erleben creativa con cierto ímpetu romántico y esa dignificación de lo popular, eminentemente subjetivo y protagonismo del yo del artista a través de su cromatismo vital y la desarticulación hipertrófica de las anatomías que se agitan en composiciones y atmósferas tan fantásticas como oníricas.
El misterio, la nostalgia, el pulso goyesco y festivo de sus noches de San Juan y una pintura que aporta al folklore su especial maestría y conocimiento sobre los recursos de la plástica contemporánea con una triunfante y proteica experiencia basada en la investigación con colores, formas y materiales en texturas abruptas e integrando elementos no pictóricos como colillas, metales, latas y alquitrán para construir «a la manera de Vidal Souto», el impacto emocional y expresivo de un alma fáustica, de la metáfora vital de su pintura viva, efervescente y profunda.
De sus viajes al otro lado del charco, a Brasil, llega la pintura testimonial y en Salvador de Bahía experimenta con la xilografía en el Museo da Grabura. Áridos parajes del Sertao, bandoleros y la alegría bulliciosa y la humildad de su gente marcará poderosamente el carácter de esta etapa fructífera de la trayectoria del artista, incluyendo su imaginería en temas universales. Visceral, ciclópeo, mantiene la esencia viva del artista total y visionario de una integridad «vangoghniana», alejada de la espectacularización y los circuitos comerciales dominados por tratantes que carecen de alma, artimañas políticas y charcutería efectista, planteando una cromática libre de proyección universal y formulación subjetiva.
Vidal Souto es un auténtico renovador del lenguaje, innovador intuitivo y rupturista con lo convencional. Lo imposible es posible en su pintura. La expresión inmediata de la idea. Comunicación. Vidal Souto consigue convertir el espacio plástico en un ring de boxeo. Abre los muros de la prisión de Pereiro de Aguiar junto a X. Quessada y Alexandro. Investiga en el lírico mundo de la abstracción a través de lo matérico y el uso del signo expresivo con un exacerbado ímpetu de vanguardia atlántica en la autonomía del objeto y un panteísmo proteico relacionado con lo antropológico.