«Nos boicotearon un concierto de Julio Iglesias que monté en el colegio mayor»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

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José Jaime Vázquez, en el patio del colegio Salesianos de Ourense
José Jaime Vázquez, en el patio del colegio Salesianos de Ourense Santi M. Amil

El arquitecto asegura ser un defensor de la arquitectura donde «menos es más»

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquiera que conozca a José Jaime Vázquez Iglesias (Ourense, 1944) es consciente de que hay dos pasiones que le afloran a simple vista: Alemania y la fotografía. Su inseparable cámara con la que retrataba a todo el que se pusiera delante con una sonrisa en innumerables eventos sociales y sus habituales gorras con referencias del país germano son carta de presentación de un apasionado arquitecto que dio sus primeros pasos educativos en el colegio de las Carmelitas, aunque a él si un centro le marcó fue Salesianos. «Guardo unos recuerdos imborrables de los nueve años que pasé allí. La verdad es que mis mejores amigos siguen siendo mis compañeros del colegio», explica. De expediente académico brillante, José Jaime Vázquez también destacaba en varias disciplinas deportivas, desde el fútbol hasta el atletismo. «En los patios del colegio y en los campos de tierra aprendí a disfrutar del deporte, del sabor de la victoria y del amargor de la derrota», señala.

De Salesianos pasó a Madrid, donde estudió arquitectura pese a que le surgió la posibilidad de entrar en la residencia para deportistas Joaquín Blume. «En Madrid primero estuve en una residencia y luego en un colegio mayor. Ahí ya empecé a ser peor estudiante», reconoce. En su etapa universitaria conoció a la que es su mujer y como buena alemana le inculcó más pasión por un país por el que ya sentía atracción. Es en esa etapa cuando José Jaime Vázquez se acerca a la fotografía: «Descubrí que haciendo fotos era más fácil acercarse a las chicas que te gustaban. Era un poco una disculpa para entablar una amistad. Después mi pasión por la foto se intensificó y empecé a comprobar que la gente agradecía mucho esos recuerdos, que con el paso del tiempo picoteaban mi mente». Además de muchas fotos, de esa época universitaria guarda anécdotas imborrables. Una de ellas tiene como protagonista a Julio Iglesias. Aprovechando una de las visitas a Madrid del cantante con raíces familiares en Ourense le abordó. «Fue solo hablarle de Galicia y de que quería organizar un acto para homenajear a Galicia y se ofreció a venir al colegio mayor», recuerda. Era el año 1975 y ya contaba con fama internacional. «Los de otro colegio mayor, que eran mucho más progres que nosotros, nos boicotearon el concierto que había montado. Empezaron a lanzar tomates y yo al lado de Julio Iglesias con la pierna escayolada, que me había lesionado jugando al fútbol. Aquello fue toda una sorpresa pero, la verdad, es que les salió el tiro por la culata porque los alumnos gallegos del colegio saltaron todos a una para sacarlos a puñetazo limpio. Aquello le emocionó tanto que actuó más de hora y media», relata.

Tras su experiencia universitaria, José Jaime Vázquez tuvo claro que quería regresar a Galicia, donde montó su estudio de arquitectura. Ahora está rodeado de su hija y de su yerno, también arquitectos. «No estoy capacitado para seguirles el ritmo, aunque de vez en cuando hago algún trabajo. La arquitectura siempre me apasionó. Siempre fui de la escuela de menos es más y, a veces, no entiendo muy bien esos alardes arquitectónicos que en vez de resolver un problema nos inculcan una escultura que quizás no tiene demasiado que ver con una correcta funcionalidad del espacio», explica.

La trayectoria de José Jaime Vázquez no se entendería sin sus más de veinte años al frente del colegio de arquitectos de Ourense, una entidad que considera debe «persistir y tener una mayor presencia en la sociedad».

Abuelo travieso

Padre de dos hijas y abuelo de cuatro nietas, al arquitecto ourensano se le ilumina el rostro al hablar de su familia. Recuerda con mucho cariño cuando iba a recoger a Elba, su nieta más mayor a Salesianos: «Ahora tiene nueve años, pero cuando era más pequeña la esperaba en la puerta de clase y les gastaba bromas a ella y a sus compañeros. Ya me esperaban y me llamaban el abuelo travieso».

De la pasión por el Bayern de Múnich a los partidos de fútbol sala con José María García

El primer vínculo emocional que tuvo José Jaime Vázquez con Alemania, incluso antes de conocer a su mujer, fue el fútbol. Apasionado del Bayern de Múnich asegura que se ve todos sus partidos y que solo el haber nacido niñas les ha librado a sus hijas de llevar el nombre de dos jugadores míticos del equipo teutón: «Tenía auténtico fervor por aquel equipo que tenía de portero a Sepp Maier, de defensa a Franz Beckenbauer y de delantero, que los metía hasta con el trasero, a Gerd Muller». Reconocido madridista, su pasión por el fútbol también le llevó a ser vicepresidente del desaparecido CD Ourense. «Tenemos dos equipos que si se unieran igual podrían estar en Segunda B», lamenta.

En su juventud recuerda que participó en el equipo de fútbol sala del colegio mayor en Madrid y que le inculcaron la pasión por ese deporte al conocido periodista deportivo, José María García. «Lo hicimos máximo goleador y cogió tanta pasión que montó el equipo Interviú y aquello fue el germen de la federación de fútbol sala», concluye.