El presidente, Camilo Álvarez, pone su cargo a disposición de los propietarios
20 may 2021 . Actualizado a las 10:56 h.«Un año complicado con el final más difícil de todos». Así definió Gonzalo García de Vitoria este martes la temporada que el COB cerraba esa misma tarde tras una derrota ante el Real Murcia que le valió el menos deseable de los cambios de categoría: el descenso.
El club ourensano dice adiós temporalmente a una LEB Oro que disputó desde el 2012, año en el que una segunda posición en LEB Plata lo llevó a consumar el ascenso. En el próximo curso, el COB volverá a las canchas con la intención de repetir aquello y con la voluntad de mantener un proyecto económico y deportivo que, asegura su presidente Camilo Álvarez «no va a quedar desamparado».
El responsable del Ibereólica Renovables Ourense afirmó que a pesar del descenso, «hay que atenerse a las cosas positivas que pueda haber», y anunció que dejará su puesto en manos de los dueños del club, para que decidan lo mejor para el mismo, y sobre todo, lo mejor para la afición. «Se va a seguir trabajando en esto, de una manera u otra, sea yo u otra persona. Si hay algo claro en este tema es que los cimientos están puestos y hay buena base para seguir», dispuso Álvarez.
El mensaje que el presidente quiso lanzar a los aficionados es de tranquilidad, empezando por el que, quizá, sea aún un rayo de esperanza. «Hay un equipo que está en el juzgado y tiene que luchar un poco por su situación. A ver como se resuelve eso a nivel jurídico», apunta Álvarez. La categoría, dice creer, aún no está cerrada «a nivel despachos».
Del mismo modo, el directivo espera que la Federación Española de Baloncesto repiense qué ha hecho esta temporada y cómo ha podido ocurrir que dos ciudades con tanta tradición baloncestística como Lleida y Ourense vean a sus equipos descender. «Somos dos aficiones y dos proyectos con importancia dentro del baloncesto español», añadió. También destacó un matiz tristemente irónico de la fase que el COB remató este martes: «Ha descendido un equipo que al mismo tiempo se estaba jugando ir a play-off. Por cuatro clubes que quedaron con las mismas victorias no puede caerse un proyecto así».
Álvarez resalta que el club se encuentra en buen estado en el ámbito económico, pero rehúsa hacer balance sobre el ámbito deportivo porque, considera, «es demasiado pronto y estas cosas es mejor verlas en perspectiva, con tranquilidad y sosiego». La continuidad del míster, Gonzalo García de Vitoria, uno de los temas que ahora aparecen sobre la mesa, tampoco fue objeto de las declaraciones del directivo ourensano: «No tiene sentido hablar de eso ahora». Mientras, medios locales sitúan al entrenador vasco en la órbita del Palencia, que acaba de decir adiós a Arturo Álvarez.
El aún entrenador del COB, apuntaba en sus declaraciones post-partido del martes a la multitud de factores que hicieron mella en la temporada de sus jugadores -tales como las inclemencias del covid-19 o el justo momento en el que estas aparecieron-, y en la brevedad e importancia del último minuto del encuentro, el momento en el que todo se decidió. «Era un cara o cruz y ha salido cruz», expresó el bilbaíno.
Así, y a la espera de que administrativamente sea definitivo, el COB ha descendido a LEB Plata. «Hoy es un día triste», apuntaba el presidente este miércoles. Pero la ilusión y, sobre todo, el trabajo que, asegura el directivo, pondrá quien esté al frente del club, buscarán que los aficionados puedan estar tranquilos y orgullosos de su equipo.
Del fallido ascenso a ACB a la tercera categoría en seis años
Ourense siempre ha sido una ciudad de baloncesto, y esto lo certifica, al menos desde 1978, la existencia del COB. En aquel momento se llamaba Club Bosco-Salesianos, pero los denominativos más célebres que obtuvo el equipo fueron los de Caixa Ourense y Coren Ourense, modos en los que aún muchos lo llaman en la ciudad de As Burgas.
Fueron aquellos los años más gloriosos del club ourensano, que disputó hasta diez campañas en la categoría de oro del baloncesto español entre 1989 y el 2001. Nueve de ellas ininterrumpidas y otra, la última, en la temporada 2000/2001. Pero la posibilidad de tocar el cielo del basket estatal no le ha sido ajena al COB en los últimos años.
En el curso 2004-2005 el club tocó fondo con un descenso a la entonces llamada LEB 2, que hoy ocupa la misma categoría a la que, si todo sigue su curso, el equipo acaba de descender. «Una década de caída libre», titulaba La Voz de Galicia. Constantes problemas económicos y deportivos habían llevado al COB a quedar en el décimo sexto puesto de la tabla en la temporada anterior, y en el décimo séptimo cuando se certificó el cambio de categoría. Tocaba remar y levantar ánimos de plantilla y toda una afición siempre volcada.
El primer año en la categoría de bronce terminó con buenas sensaciones y una cuarta posición que daba alas a los ourensanistas. Al siguiente, el equipo se alzaba con la Copa LEB Plata y se quedaba cerca del ascenso. Un nuevo bajón y dos temporadas de malos resultados en las que el club estuvo a punto de disolverse. Pero un ascenso administrativo lo devolvió a la LEB Oro, donde estuvo dos temporadas antes de volver a descender.
Con un ascenso en la 2011/2012, esta vez sí, deportivo, la escuadra ourensana inició una escalada, marcada por la entrada en el club del actual entrenador, Gonzalo García de Vitoria, que en poco tiempo lo acercó a la gloria. Este viaje se consumó en una fase final grabada en la retina de todos los aficionados al baloncesto de la provincia de Ourense. En la temporada 2014-2015, tras una valiosa segunda posición en la fase regular, el Club Ourense Baloncesto se enfrentó al Club Baloncesto Breogán por el ascenso a la Liga ACB. Fueron cuatro partidos en los que los ourensanos brillaron en muchas facetas del juego. Más allá de la línea de tres, en el balance defensivo, y sobre todo, en la comunión con el Paco Paz, que se mostró decisiva para arrojar el resultado de 91 a 65 en el último encuentro del play-off. Era la vuelta a la Liga ACB, 14 años después. Pero los despachos y los líos administrativos y políticos lo impidieron.
Desde entonces, el COB finalizó cinco temporadas manteniéndose en la categoría de plata. Siempre con la ilusión de volver a rozar el oro, pero sin certificarlo. En esta temporada, la pandemia, y muchos otros factores, fueron mermando al club. Sobre todo en una recta final del curso que no hizo justicia al primer y más temprano desarrollo de la competición. En LEB Plata, el club tendrá que intentar escalar y repetir hazañas del pasado cada vez más lejano.