Sergio Toba ha dedicado parte de su carrera al tratamiento de deportistas de alto nivel
12 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque nacido en Santiago de Compostela, muchas cosas ligan a Sergio Toba con Ourense. Una de ellas, su residencia; otra, su vida profesional como director de la Clínica de Fisioterapia Fisiourense SC; y otra, su puesto como fisioterapeuta del Club Ourense de Baloncesto en varias etapas del equipo. Este viernes el que fue fisio de la selección nacional de baloncesto acudió a la vigésimo quinta reunión de la Sociedad Gallega de Dolor y Cuidados Paliativos en el Centro Cultural Marcos Valcárcel.
—¿Cómo se pasa de ser fisio del COB a serlo de la selección nacional de baloncesto?
—Con una pizca de suerte e imagino que haciendo bien mi trabajo durante una serie de años, de manera que por lo menos nadie ha hablado mal de mí cuando han pedido referencias. Básicamente es tener suerte, estar en el lugar acertado en el momento adecuado y que en tu trayectoria hasta entonces no haya nada que te impida dar ese salto.
—¿Qué grado de exigencia marcan citas como el Mundial de Tokio o los Juegos Olímpicos de Pekín?
—El grado de exigencia es más o menos el mismo siempre. La cita de Japón o la de Pekín no son muy distintas a un playoff de ascenso o descenso con el COB. Incluso diría que son bastante más dramáticos los playoff que una final de los Juegos Olímpicos. Marcan mucho la trayectoria de mucha gente. La exigencia es la misma con cualquier paciente normal también. Se merecen tanta presión y exigencia ellos como cualquiera de los jugadores con los que he estado. La diferencia es que con el deportista tienes que acortar tiempos manteniendo la integridad del jugador. Eso lo hace más complicado, pero también excitante. Cuando lo dejas de tener lo echas de menos.
—¿Hay algún tipo de lesión a la que le haya tenido especial miedo o rechazo?
—No. El mayor problema son las circunstancias. Cuándo llega, a qué jugador y en qué momento. Si llega una lesión muy grave a alguien que no tiene contrato el año siguiente y tienes una relación estrecha con él, es difícil. Pero siempre duele. Ahora todavía más, que trabajo en el ámbito de la prevención.
—Usted tiene experiencia como fisio personal de José Manuel Calderón ¿Cuánto trabajo hay detrás de un deportista así ?
—Pues mira, José Manuel Calderón se retiró hace dos años. El año pasado fue invitado a hacer el Camino de Santiago y lo animaron a ir con más gente. Él decidió que fuese su entorno cercano, gente que le había hecho la vida fácil, y fuimos unas ocho o diez personas. Imagínate la gente que hay detrás de un jugador para que pueda rendir a su mejor nivel.
—¿Es recomendable la exigencia física de un deportista de alto nivel a alguien que no lo es?
—Es recomendable la exigencia física con prescripción, con control, con el consejo de personas capacitadas para guiarte en el esfuerzo que vas a hacer. Esto no consiste en decir: ‘hoy me apetece caminar cien kilómetros’ cuando lo máximo que has hecho son diez. Van a surgir problemas. Te deberían asesorar en cuanto al equipamiento, la alimentación, la hidratación, el entrenamiento, el descanso... Para que algo que se hace por diversión no se torne en una tragedia, en el peor de los casos, o en una pesadilla en el mejor.
—¿Cómo ha afectado el sedentarismo de esta pandemia a las lesiones?
—El cuerpo es movimiento, el tejido conjuntivo está especializado en absorber tracciones, fuerzas... Para todas las células que lo forman el movimiento es básico. Todo lo que suponga no moverse genera desadaptación de estos tejidos y esto posibilita que se dañen. Sobre todo en gente mayor. Hay gente que ha involucionado una barbaridad con el confinamiento.
—¿Cómo definiría su intervención en este congreso?
—Quizás soy la figura anómala dentro de un congreso sobre el dolor en el que todos los profesionales a los que va dirigido o van a intervenir son médicos. Creo que han querido aportar un punto de vista distinto sobre este concepto.
—¿Cómo ha visto al COB este año?
—Con el nuevo modelo de competición me he perdido. Primero en un grupo, luego en el otro... Al final sí estuve pendiente, como lo estuve de los resultados del Breogán y el Coruña. Adoro al COB, porque es el que me ha hecho ser todo lo que soy ahora. Lo vivo con disgusto pero ya se bajó una vez y se subió. Ahora, a luchar por subir otra vez. Seguro que va a haber opción de volver a subir pronto.