300 niños pasan al año por una unidad del hospital de Ourense para detectar y tratar problemas de desarrollo
OURENSE
En el servicio de Atención Temprana, del que forma parte la médica rehabilitadora María Yebra, realizan unas 2.000 consultas
17 jun 2021 . Actualizado a las 10:27 h.Todos los futuros padres esperan que sus hijos nazcan sanos. Pero no siempre pasa. Hay niños que nacen con un síndrome determinado, o tienen una malformación en la cabeza, o no mueven un bracito. Hay otros que nacen antes de tiempo y entonces tienen riesgo de sufrir una posible alteración. Y otros no van evolucionando como deberían, porque no hablan cuando ya deberían hacerlo por edad, o no caminan. En todos estos casos, los bebés y los niños de hasta 6 años son derivados al servicio de Atención Temprana hospitalaria del CHUO, situado en la planta baja del Materno. Por él pasan unos 300 niños nuevos cada año, explica María Yebra, médica rehabilitadora.
«Somos dos médicas rehabilitadoras, que hacemos una valoración de cada niño y en función de las circunstancias se pauta una intervención u otra», señala. Puede ser que únicamente tengan que dar algunas indicaciones a la familia sobre cómo tratar al pequeño y citarles de nuevo para un seguimiento, mientras que en otros casos son necesarias terapias: fisioterapia, psicomotricidad, terapia ocupacional o logopedia (con las profesionales del servicio, del que también forma parte un trabajador social). Además, desde hace un año el CHUO cuenta con una unidad específica para valoración del espectro autista, a cargo de una psicóloga y una psiquiatra.
«Lo que buscamos es tener una detención precoz. No todos los bebés que pasan por la consulta vienen con un problema, muchas veces lo hacen simplemente porque hay un riesgo», matiza Yebra. Por ejemplo, todos los niños nacidos antes de la semana 32 de gestación son sistemáticamente derivados a Atención Temprana.
Cada año, el equipo del que forma parte Yebra atiende a unos 300 casos nuevos, y se realizan unas 2.000 consultas. A esas cifras habría que sumar las de la unidad de valoración del espectro autista. Hay niños que pasan una vez o en contadas ocasiones por la consulta, mientras que otros son pacientes de larga estancia y se quedan hasta los 6 años.
En el CHUO está el servicio de atención temprana hospitalaria, y después existen también los de Monterrei, Conso-Frieiras y O Carballiño-O Ribeiro (a través de mancomunidades, pero que dan servicio a más ayuntamientos). No tienen todos los servicios, pero sí buena parte de las terapias, lo que evita a las familias los desplazamientos. No sucede así en el caso de Valdeorras, donde los niños solo dispone del servicio de rehabilitación. Para poder ir al terapeuta, el psicomotricista o al logopeda dependen de las ayudas de la Lei de Dependencia, ya que no hay servicios públicos (ni concertados). ¿E ir a Ourense? «No es operativo para el niño hacerse casi tres horas de viaje entre ida y vuelta para una terapia de 45 minutos, una o dos veces a la semana. En O Barco tenemos un problema grande», razona Yebra.
Sonia González Sánchez fue usuaria del servicio de atención temprana del CHUO cuando hace diez años nació su hija Aldara. «Tenía síndrome de Down, y fue una sorpresa para todos», recuerda. En el servicio, de mano de la terapeuta ocupacional, Sonia y toda la familia fueron aprendiendo cómo tratar a la pequeña. «Nos ayudó a coger el timón de un barco que no sabíamos cómo llevar», relata. Tres años trabajando (aunque siempre intentando que todo fuera un juego) dieron como resultado que hoy en día Aldara sea una niña extrovertida que camina con soltura y hasta patina. Después, ya siguieron su camino con Down Ourense, la asociación a la que también llegaron desde el servicio del CHUO.