¿Por qué ir en tren de Ourense a Santiago es 7 euros más caro que desde Vigo?

Pablo Varela Varela
p. varela OURENSE / LA VOZ

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Varios grupos de viajeros, en la estación de tren de Ourense
Varios grupos de viajeros, en la estación de tren de Ourense Agostiño Iglesias

La fórmula del vehículo compartido gana peso, especialmente entre los universitarios

25 ago 2021 . Actualizado a las 13:18 h.

Tres o cuatro veces al mes, generalmente los viernes y por reuniones de trabajo, Antonio Capelán se desplaza desde Santiago de Compostela a Vigo, A Coruña y Ourense para cerrar encuentros comerciales. Comenzó yendo en tren, pero con el tiempo se las apañó con fórmulas alternativas. Por ejemplo, los servicios de Blablacar, útiles, a su juicio, «por compartir los gastos de gasolina y peaje». La pandemia alteró brevemente esta vía, que retomó recientemente y que usa, especialmente, al bajar a la ciudad de As Burgas. «El tren Avant que va de Santiago a Ourense, contando solo la ida, me costaría 17,70 euros. Y como generalmente voy con personas que viajan a el Bierzo o a Madrid, en coche solo pago la parte proporcional a mi trayecto, que es bastante más baja», apunta.

La ciudad de As Burgas sufre para conectarse por tren con el resto de urbes gallegas y, en cierta forma, la explicación apunta directamente a frecuencias y precios. Por poner un caso, el primer Avant que sale desde Ourense en dirección a Santiago arranca a las 7.55 horas y tarda, sobre el papel, 38 minutos. El coste es casi de 18 euros en caso de que el viajero solo realice la ida, y de 14,15 si compra ida y vuelta. Mientras tanto, el primer tren de media distancia que parte de Vigo rumbo a la capital gallega lo hace a las 6.40, llegando en una hora. ¿El precio? 11.50. Es decir, que un ourensano paga siete euros más por moverse hasta Santiago en tren por un margen de veinte minutos y con trayectos de una distancia similar, porque Vigo está a 93 kilómetros de la urbe compostelana y Ourense a 87.

Desde Renfe esgrimen que el tren Vigo-Santiago, al ser un media distancia convencional, «realiza paradas intermedias, mientras que el tren Avant que va de Ourense a Santiago lo hace de forma directa por una vía de alta velocidad». Además, aclaran, «el precio del billete va asociado al total de kilómetros y a la línea por la que circule». Y, por otro lado, apuntan al hecho de que «se intenta fomentar el uso recurrente del tren, a aquellos pasajeros que más viajes realizan durante la semana», de ahí la existencia de los bonos Avant, que a inicios de julio vieron extendida su fecha de caducidad hasta finales de año.

Que las diferencias de precio son fundamentales para entender los cambios de hábito de los viajeros no lo explica únicamente Antonio Capelán. Ya el año pasado, cuando no seguían las clases o tutorías por vía telemática, Mauro, Daniel y Alexander, tres estudiantes ourensanos que se conocieron cursando el grado en Psicología en Santiago de Compostela, se decantaron por compartir coche aquellos días que les tocaba acudir físicamente al campus. Si era tres veces a la semana, se organizaban para que uno llevase su automóvil e iban rotando en cada tanda para hacerlo equitativo.

Este año, prevén repetir esta fórmula de economía colaborativa para reducir gastos. Asumen los de gasolina y peajes, pero analizaron cuánto les supondría a medio plazo y les daban las cuentas. «Ir y venir puede cansar a veces, y pensamos en su momento si alquilar un piso, pero seguiremos intentándolo así, hasta que el cuerpo aguante. No es que nos disguste ir en tren. De hecho, probamos varias veces y podemos ir trabajando temas y avanzando tareas de clase, pero nuestra economía no da para mucho más, y a finales de mes, aún con un bono, sería demasiado dinero», explica Daniel.

Hasta diez euros menos por 30 kilómetros

Volviendo a la línea Avant que conecta Ourense con Santiago y A Coruña, también se palpan diferencias. Desde la ciudad herculina a la capital autonómica hay 55 kilómetros de trayecto y el billete de tren -solo de ida- es de 7,60 euros para un viaje que ronda los 28 minutos, diez menos que los que se invierten yendo de Ourense a Santiago. O lo que es lo mismo, por ese margen de treinta kilómetros -de la ciudad de As Burgas a Santiago hay 87-, un ourensano acaba pagando diez euros más -el billete cuesta 17,70-.

El ADIF reconoce tres apeaderos sin uso entre los treinta que hay por toda la provincia

En la provincia de Ourense hay hasta 30 apeaderos y estaciones integrados en la red de servicios del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). Del total, según fuentes de la entidad dependiente del Ministerio de Transportes, «están operativos prácticamente todos, un total de 27, para las funciones gestionadas por los departamentos de Estaciones, Circulación y Servicios Logísticos». Sin embargo, no hay actividad, en las dependencias de Paderne-Cantoña, Ponteambía (Baños de Molgas) y Boborás. «Ahora mismo no tendrían función operativa, aunque la podrían tener en caso de necesidad de la explotación ferroviaria: estacionamiento, cruces, transbordos...», agregan.

Xaime Iglesias, alcalde de Baños de Molgas por el Bloque Nacionalista Galego (BNG), estima que han pasado ya siete años desde la última vez que un tren echó el freno en la posta del municipio. «E a infraestrutura que hai actualmente no noso concello quizais axudaría a unha comunicación interior entre poboacións máis pequenas e a capital. Hai corenta anos, o tren era o medio de transporte que collía a xente para ir de Molgas a Ourense. O bus, en contadas ocasións. De darlle uso a este apeadeiro, podería ter unha función para dispoñer de cercanías que conecten coa cidade», valora.