
Varios locales de este sector cerraron sus puertas durante la pandemia
14 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Ha pasado más de año y medio desde el inicio de la pandemia. Con la llegada de la nueva normalidad, las restricciones han quedado casi atrás, pero los estragos que ha ocasionado el covid en distintos sectores todavía siguen aflorando. Uno de ellos es el ocio infantil. Recuperar la vida normal significa también, para niños y para padres, poder disfrutar de su tiempo libre. Los parques de bolas, los circuitos de toboganes y, en definitiva, los negocios que permiten que los más pequeños se diviertan mientras crecen, se han visto directamente afectados por la crisis del coronavirus.
Varios de estos locales han echado el cierre en la ciudad. Este es el caso de Dragonenos. El emblemático espacio para niños en Ourense, ubicado frente al Parque Barbaña, cerró sus puertas el 14 de marzo del 2020 y ya no las volvió a abrir. En su enorme ventanal destaca desde entonces el cartel de «Se alquila». Algo parecido es lo que ocurrió en Indiana Bill, el parque infantil de más de 600 metros cuadrados, situado en la calle Ramón Cabanillas de la capital. «La pandemia nos llevó al cierre. Fueron muchos meses de incertidumbre, sin ingresos y sin poder trabajar. Es una situación muy complicada, la verdad», explica Rosi Álvarez. Ella es una de las propietarias del negocio y admite que antes de la llegada del covid, la cosa funcionaba bien. «No eran años dorados, aunque la cosa iba muy bien. Trabajábamos lo suficiente para aguantar y continuar, pero todo esto nos hizo dejarlo», añade. Ahora que el sector empieza a recuperar la normalidad, con aforos más amplios y sin limitaciones de grupos, la empresaria ourensana tiene sus dudas: «Todavía no hay nada seguro, pero no descartamos volver a abrir, sea en el mismo local o en otro».

Un nuevo negocio
En el lado contrario está el caso de Bosque Arcoíris. La empresa ourensana, que pusieron en marcha Jose Álvarez y Gema del Valle en el 2017, ha abierto un nuevo local desde el inicio de la pandemia. «En septiembre levantamos la persiana de un nuevo parque en Sáenz Díez. Nunca pensamos que pudiese ser posible porque este año y medio no ha sido rentable hasta ahora», explica Álvarez. Dice que en este tiempo su objetivo ha sido aguantar, pero también han buscado alternativas para mantener su negocio. «El espacio que ya teníamos en la calle Mercado lo convertimos en un centro creativo con el fin de ganar continuidad. Es decir, allí en vez de celebrar cumpleaños, ahora tenemos un espacio en el que se llevan a cabo talleres, clases extraescolares, campamentos...», cuenta este ourensano. Esa fue la salida que encontraron al cierre de los locales de ocio infantil. Ahora que ha llegado la normalidad han apostado por abrir otro parque, este sí pensado para cumpleaños y demás celebraciones infantiles.
Locales de ocio infantil recuperan la normalidad con una veintena de cumpleaños al mes
El nuevo Bosque Arcoíris, en la calle Sáenz Díez de la capital, está dirigido a niños de entre 3 y 12 años. Todavía no han recuperado las bolas, aunque las medidas ya lo permiten. «Preferimos ser cautos y aguantar un poco más sin las bolas en el parque. Tenemos una estructura de juegos igual, con toboganes, telaraña, casitas, pistas de coches...», afirma José Álvarez. «Lo hemos pasado muy mal pero lo cierto es que en nuestro caso, desde que reabrimos, sentimos una gran acogida por parte de los clientes. Lo niños necesitaban desfogarse. Admite que las cifras empiezan a igualar a las de antes de la pandemia, con una media de 20-25 cumpleaños al mes.
Entre los que aguantaron el tipo está el parque infantil del Polígono Barreiros, Máis que brincos, que ofrece 600 metros cuadrados de diversión. Y Chiqui Bolas, en la plaza de Paz Nóvoa de la capital. En este han recuperado sus rincones de juego simbólico con las cocinitas, tocadores, casas de muñecas o zonas de construcción. «La cosa empieza a parecerse a lo que era antes, gracias a dios», explican desde la gerencia de Chiqui Bolas. «Hemos pasado mucha incertidumbre a lo largo de estos meses, sin saber si podríamos retomar la actividad. Pero por suerte aquí estamos y cada día vienen más niños, algo que nos anima. No vamos a recuperar la pérdida, pero al menos sí volver a la normalidad», termina.