El alegato ante la jueza de una madre negacionista de las vacunas: «Se le pegan imanes al pecho»

María Cobas Vázquez
María Cobas OURENSE

OURENSE

Vacuna de Pfizer
Vacuna de Pfizer M.MORALEJO

El padre de un menor pide el aval de la justicia para poder administrar la segunda dosis del antídoto del coronavirus a su hijo de 13 años

11 dic 2021 . Actualizado a las 12:24 h.

El pasado 11 de septiembre, un ourensano acompañó a su hijo de 13 años a vacunarse a Expourense. El pequeño recibía la primera dosis del antídoto del coronavirus. Tres semanas más tarde le tocaba recibir el segundo pinchazo, pero antes de eso la madre (los progenitores están divorciados y tienen custodia compartida) presentó un escrito al Sergas oponiéndose a que esto sucediera. Y lo argumentaba en que «desde la fecha de la inoculación, mi hijo está padeciendo terribles efectos adversos, tales como imantación por gran parte de su cuerpo». Era el 24 de septiembre, el día después de que la mujer acudiese con el menor a Urgencias. Allí el adolescente dijo que desde el día siguiente a la vacuna sufría importantes dolores de cabeza, náuseas y diarrea. Además, según recoge el informe médico de esa consulta, «también notan que desde la vacunación se le pegan imanes al pecho». La exploración y los análisis no evidenciaron ninguna patología.

Ante la oposición de la madre a que su hijo continuase el proceso de inmunización, el padre recurrió a la justicia. El tema lo lleva el juzgado de familia de Ourense, que ha aceptado las pruebas pedidas por la madre después de que el Imelga aconsejase seguir el proceso de inmunización del menor. En su escrito, la madre cree que la postura del padre se debe a su «falta de conocimiento e información» y que con su postura está poniendo en riesgo la salud del menor. Además, asegura que el consentimiento informado que rubricó el padre para que le pusieran la primera dosis, «carece flagrantemente de todas las cautelas legales que se prevén para la administración de sustancias de estas características (...) y ni siquiera se sabe ni laboratorio, ni lote, ni fecha de fabricación, ni efectos secundarios...». La madre argumenta también que la incidencia del covid en los menores de 20 años es prácticamente marginal con respeto al total de casos activos y defiende que «no es posible otorgar la decisión al padre de obligar al menor a inocularse las sustancias que recomienda el Sergas para combatir según su teoría el SARS-COV-2». Insiste en que denominar vacuna a un medicamento de terapia génica «lleva claramente a confusión y a falta de transparencia» y que su administración debería hacerse tras la prescripción de un médico y no en una convocatoria «masiva e indiscriminada».

En su oposición a la demanda del padre reclama que se pida al Sergas información sobre el medicamento que se pretendía inocular al menor, que informe de los posibles efectos secundarios y que se designe a un facultativo para que, tras evaluar al menor, recete «bajo su responsabilidad como médico» la inoculación. Además, reclama del Ministerio de Sanidad que «aporte informe médico o de laboratorio en donde conste que el virus covid-19 ha sido aislado e identificado»; de la Agencia Española del Medicamento «que acredite si las sustancias que se están inoculando a menores de 18 años en España cuentan con autorización similar al resto de vacunas y no simplemente autorización de emergencia», y de los laboratorios Pfizer, Moderna y AstraZeneca que «aporten autorización de comercialización de su medicamento». La progenitora avanza también que presentarán informe pericial expedido por médico colegiado y biólogo especialista en microbiología y virología.

La jueza de familia de Ourense ha dado trámite a sus pretensiones, a lo que se ha opuesto el abogado del padre. El letrado José Manuel García Sobrado critica que la magistrada «haga caso a esas chorradas negacionistas y pida las pruebas, y mientras el muchacho sigue sin vacunar». Reconoce cierta «perplejidad al observar que una jueza pone en duda la autorización de las vacunas». Es el mismo argumento de su cliente, que cree que con la actual situación de transmisión del virus entre menores, su hijo está en peligro por no estar vacunado. Además, el padre quiere saber si la jueza es negacionista, porque entonces, avanza, la recusará por imparcial. «Respeto a los negacionistas, pero mi hijo es un menor y hay que protegerlo, hay que vacunarlo. Esto no es una riña de cónyuges, es la salud de un niño», dice el padre.