Aurora Prada fue gimnasta de alta competición y su escuela actual es para aprender y divertirse
24 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Aurora Prada nos recibe en el Gimnasio 2000, del que es administradora y monitora. «Este es mi rincón», dice convencida, y su historia así lo refleja. Cuando las salas de este espacio para el deporte situado en la calle Ervedelo aún estaban en obras, la pequeña Aury, con cuatro años, ya jugaba por allí. Casi 50 años después, que se cumplirán en el 2024, Aurora Prada sigue llevando las riendas de una instalación que fue pionera y protagonista de algunos de los mejores años de la gimnasia rítmica de alta competición que tuvo Ourense. «Me gustaba muchísimo. De aquí ya no salí, quedé atrapada», ríe.
El deporte, en su versión competitiva o lúdica y de bienestar, ha sido y es toda su vida. Su madre, Aurora Martínez y su padre, Antonio Prada, fueron los fundadores del Gimnasio 2000 en 1974, del que salieron figuras que destacaron en el panorama nacional e internacional como Marta Bobo —la primera olímpica española de gimnasia rítmica, en Los Ángeles 1984—, Pino Díaz o Silvia Alonso. En la modalidad de trampolín o cama elástica, Antonio Prada dirigió en su gimnasio a destacadas deportistas como Adita Pazos o Begoña Paredes.
Aurora Prada fue gimnasta de alto nivel y campeona de España a los diez años con un equipo infantil. Compitió hasta los 22 años. Se formó como entrenadora nacional de gimnasia y mantuvo el listón competitivo al asumir el relevo generacional del Gimnasio 2000. En 1994 consiguió que un equipo juvenil fuese campeón de España. En aquellos años de la década de los noventa formó, con Angelines Merino como colaboradora, a gimnastas que entraron en la selección española como Paula Cabo o campeonas nacionales como Ruth Balvís, y mantuvo al Club 2000 en la primera categoría nacional de conjuntos. Pero la vida son etapas, y Aury fue dejando progresivamente la alta competición. «Me quedé con una escuela de gimnasia para divertirse y para aprender. La competición suponía mucho trabajo y presión y ya hice bastante», comenta.
Aurora fue desarrollando otras facetas personales y profesionales que la llenan. Como el baile y la creación de coreografías. Comenzó pronto a idearlas. Recuerda que, con 15 o 16 años, su madre se había ido a un viaje y la dejó a cargo de unos entrenamientos pautados. «Y yo monté una coreografía en un plis. Era dedicarme a esto o a esto», reflexiona sobre su vocación. Las coreografías que creaba para los conjuntos de rítmica llamaban la atención y el baile ha sido una faceta a la que se ha dedicado con pasión y éxito. «Bailar es lo que más me gusta en la vida. El baile da para hacer grupos muy chulos. Con música me teletransporto», afirma. Se introdujo en las danzas urbanas y la oriental. Creó la compañía Fusión Alilat, con la que puso en escena muchos espectáculos de danza oriental. En el año 2016 fue la última actuación, recuerda. Dos años antes, para celebrar el cuadragésimo aniversario del Gimnasio 2000, esta compañía y otros centros de danza de la ciudad y clubes y escuelas de gimnasia participaron en un espectáculo en la plaza Mayor de Ourense. Con las danzas urbanas tuvo grupos en la universidad, con los que hacía trabajo aeróbico y cardiovascular. Y durante una temporada, sus gimnastas fueron las animadoras de los partidos del COB. De ese vibrante legado y trayectoria sigue dando fe Aurora Prada, ahora focalizada en la gimnasia para la salud y el bienestar.
Se ha formado como monitora de pilates, en abdominales hipopresivos, como el sistema Low Pressure Fitness (LPF) o fitness de baja presión, con el que guía a grupos de gente mayor y de jóvenes. «Los de la tercera edad vienen por la mañana y son los más fieles. Tengo un grupo súper trabajador. Soy exigente y se trabaja duro, pero ven que mejoran y se encuentran mejor», defiende. También destaca los beneficios del TRX, en suspensión. «Es un trabajo brutal, hay que tener mucho control postural», describe. Después de tantos años, Prada afirma de su profesión: «Me sigue encantando, es una maravilla poder disfrutar del trabajo. Los mayores me apasionan y con los niños me lo paso pipa. Hago lo que me gusta y en lo que creo».
«Ourense siempre me gustó, solo le falta el mar»
Respecto a su vida cotidiana, Aurora Prada explica que se mueve en el barrio de O Couto. Le gusta Ourense, de la que dice que «solo le falta el mar». Y es que el agua es otro medio afín para ella. «Soy sirena o delfín. En un estudio físico que nos hicieron de pequeñas me salió que tenía tipo de nadadora olímpica. Me hizo gracia, pero ahora nado muy bien a mariposa», indica. Otra de sus grandes aficiones, como ya comentó, es la música, y también la naturaleza y los animales. Tiene dos: un gato, Jaco, y una perrita Jana. El nombre es por la gimnasta rusa Jana Kudryavtseva, que destacaba por el manejo de la pelota, el aparato de rítmica que a Aurora más le gusta ver, aunque personalmente se le daban mejor las mazas.
Durante la pandemia, continuó la actividad del gimnasio dando clases por videollamada y ahora, después de este tiempo de dificultades, sigue con proyectos, como acercar los hipopresivos y la gimnasia de baja presión a deportistas que los pueden necesitar.
Fue alumna del colegio Santo Ángel e hizo la diplomatura de Psicología en la UNED. Además, participó en publicaciones de artículos y libros sobre el efecto de la actividad física e intelectual en personas mayores y en el dedicado a los 40 años del Gimnasio 2000, que es el espacio deportivo de este tipo más longevo y decano en la ciudad.
SU RINCÓN
Quién es. Aurora Prada nació en 1968; hija de los docentes de Educación Física Antonio Prada y Aurora Martínez, que fundaron el Gimnasio 2000 que dirige ella en solitario.
Su rincón. Posa en la sala de máquinas del Gimnasio 2000, en Ervedelo 11, espacio donde se crio y donde desarrolla una profesión que le encanta.