Los diez motivos por los que la jueza quiere que el novio de Nerea Añel responda ante un jurado por su muerte
OURENSE
La magistrada ve pruebas de que la muerte de la joven fue un homicidio y abre la puerta a que Julio G. S. sea enjuiciado
03 feb 2022 . Actualizado a las 10:49 h.La causa judicial por la muerte de Nerea Añel enfila el camino del juicio. Hace tan solo unos días la magistrada que investiga el caso pisaba el acelerador de la instrucción con un auto en el que recoge hasta diez motivos por los que considera que Julio G. S., novio de la joven, debe ser acusado de un delito de homicidio y otro de malos tratos. Y será un tribunal del jurado, tal como prevé la ley, quien se encargue de decidir sobre una acusación que la jueza Eva Armesto fundamenta en un auto en el que acuerda la incoación del procedimiento para el juicio. Además, en ese dictamen cita al investigado, que se encuentra en prisión por otra causa, para que comparezca el próximo 8 de febrero en el juzgado, a efectos de que se le comunique los cargos que se le imputan y, en su caso, se acuerde la práctica de nuevas pruebas. En esa vista estarán también presentes tanto la acusación particular, que ejerce la familia de la joven, como el Ministerio Fiscal.
«Resulta verosímil la atribución que de los hechos relatados se hace a Julio G. S.», recoge la magistrada en el auto, en el que enumera, uno por uno, los diez indicios que permiten promover esa imputación. El primero de ellos es el «falso testimonio» prestado por el investigado cuando los agentes policiales le tomaron declaración el 5 de febrero del 2020. Ese día negó haber visto a la joven tras su desaparición, denunciada por su madre después de la noche de Reyes, si bien se demostró posteriormente que había mentido. De hecho, tras su imputación el sospechoso llegó a reconocer que estuvo con la víctima el 15 de febrero en un motel de Barbadás. El «mantenimiento de versiones contradictorias» por parte del sospechoso ante familiares y amigos de Nerea es el segundo punto en contra de Julito, así se le conoce en medios policiales, al que se suma la «constatación» de que fue el último que vio con vida a la joven de 26 años, cuyo cadáver fue hallado el 20 de septiembre del 2020 en un río, muy cerca del motel en el que estuvo con su pareja. Esto último sustenta otro de los indicios: «El hallazgo de los restos mortales tiene lugar a apenas 248 metros del punto del último avistamiento de Nerea con Julio», advierte la togada.
La situación de violencia de género a la que, según testigos, sometía el investigado a la víctima supone otro punto en contra, como también el análisis forense «que revela la muerte violenta». El cuerpo de Nerea estaba en el lecho de un río, y los expertos situaron su muerte en las fechas en las que fue vista con el sospechoso. Por cierto, entre las ropas de la joven se halló una tarjeta de crédito de Julio, y esto para la jueza es otro motivo para acusarlo.
El octavo es su historial delictivo. Al investigado le constan cuarenta detenciones desde los 16 años, casi siempre por delitos contra el patrimonio, pero Eva Armesto se fija en los arrestos por malos tratos, dos de ellos motivados por agresiones a sus propios padres y otro a una antigua novia.
La reconstrucción de los hechos
El pasado 11 de enero una comisión judicial reconstruyó las últimas horas de la vida de Nerea. De aquella prueba surgen los dos últimos motivos para sustentar que este caso vaya a juicio. Así, dos testigos dijeron aquel día que víctima y sospechoso se fueron juntos del motel Cancún por el camino que conduce hacia el río, en una zona «angosta y resbaladiza» a la que, según la togada, ella no pudo haber ido sola, ni tampoco de forma voluntaria.