«Los primeros días me los pasé llorando; mi familia no quiere venir de Ucrania»

OURENSE

Iryna Kulinova, una ucraniana residente en Ribadavia, cuenta cómo está viviendo la contienda
12 mar 2022 . Actualizado a las 10:09 h.Este jueves salió de Ribadavia una furgoneta cargada de ayuda solidaria hacia la frontera con Ucrania. Su objetivo era traer de regreso a un matrimonio, su hija y su nieta. Los cuatro son amigos de Iryna Kulikova, una ucraniana que desde hace ocho años vive en la capital de O Ribeiro con su esposo. Sin embargo, finalmente ese traslado no se va a producir y la expedición buscará a otros refugiados que quieran ocupar las seis plazas que tienen libres para venir a España.
—¿Qué ha ocurrido?
—Al marido de mi amiga le ha dado un ictus y están en el hospital. Me llamaron para decirme que no pueden venir, y su hija con la niña pequeña también ha dicho que prefiere quedarse.
—¿No le queda a usted familia en Ucrania?
—Sí. De hecho aún estuve allí, en Kiev, con ellos en enero. Tengo a mi hermana, sus hijos y sus nietos. Cuando comenzó el ataque de Putin, ese mismo día huyeron de la capital. Primero no sabían a donde ir y pasaron varios días perdidos y finalmente se desplazaron a casa de una amiga a 35 kilómetros al sur. Nosotros también tenemos casa familiar en el campo pero está más arriba de Kiev, justo por donde vienen los rusos así que no era una opción. Pero después de tres días empezaron también los disparos y bombardeos donde estaban y tuvieron que volver a huir y ahora están en casa de otros amigos, cerca de la frontera con Hungría.
—¿Cómo está viviendo la situación?
—Muy mal. Aquí me apoyan mucho pero los primeros días me los pasé todo el rato llorando porque mi familia no quiere venir.
—¿Por qué?
—Por ahora dicen que se sienten seguros donde están. Es una zona relativamente más tranquila que Kiev. Pero sobre todo, no quieren dejar a mi sobrino. No quieren separarse. Él tiene 34 años, está en edad de combatir. Y su mujer y sus dos niños de 9 y 2 años no quieren separarse de él. Y claro, mi hermana, que podría venir y traerse a los nietos, tampoco quiere dejar a su hijo. Dicen que prefieren estar juntos. Ellos son la única familia que me queda porque mis papás ya murieron.
—¿Puede comunicarse con ellos?
—Por ahora sí, porque en la zona en la que están aún no ha atacado Putin, quizá porque Hungría ya está dentro de la Unión Europea y no querrá todavía acercarse tanto. Aún así esta pasada noche dicen que oyeron disparos y han bombardeado la ciudad que está más cerca de la frontera con Polonia.
—¿Cúales son sus necesidades?
—En esta zona no tienen problemas todavía de comida. Funcionan las tiendas. Están tristes también por la pérdida de amigos, como unos vecinos que teníamos, que eran un matrimonio de veterinarios de 40 años. Les dispararon cuando salían en coche y mataron a ellos y a un hijo. La otra hija está en el hospital con disparos en la columna y no sabremos cómo saldrá.
