La actriz protagoniza «Alma y palabra», una interpretación de los poemas de San Juan de la Cruz
24 mar 2022 . Actualizado a las 17:58 h.El Teatro Principal de Ourense acoge este fin de semana una nueva propuesta de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. En este caso se trata de una obra en la que están incluidos los textos más relevantes de San Juan de la Cruz. «Alma y palabra» es un salto al mundo interior del místico español. Los actores Lluís Homar y Adriana Ozores interpretarán los poemas de San Juan sobre el escenario, este sábado a las 20.00 horas. Lo harán acompañados de la música y la voz del pianista Emili Brugalla. Las entradas pueden comprarse desde 12 euros en la web de Ataquilla.
—¿Este espectáculo tiene concepción de recital?
—No exactamente. El afán de Lluís —director de la representación— es el de acercar San Juan al público, con lo cual, al mismo tiempo que lo recitamos, también hacemos pequeñas improvisaciones sobre las intenciones y el significado de sus textos. Hay versos que son tan simbólicos que se vuelven crípticos y es muy difícil comprenderlos, por ello vamos a interpretarlos emocional y artísticamente.
—¿Cómo ha sido acercarse a San Juan?
—Bueno, la verdad es que yo ya estaba cerca. Es un poeta místico maravilloso y a mí todo lo que es la simbología me vuelve loca. La traducción que San Juan hace de sus vivencias, especialmente las relacionadas con la naturaleza, me resultan muy atractivas y muy esclarecedoras. En España tenemos a los místicos más grandes de la historia y este país, por cómo es, parece que los tiene abandonados. En esta función lo que queremos es darle relevancia y valor a su trabajo.
—Es una interpretación a tan solo tres voces. ¿Transmiten esa intimidad?
—Efectivamente. Es delicioso poder trabajar desde lo más íntimo. Esta función tiene algo de privado que la hace muy especial. El público no interviene, pero nosotros nos dirigimos directamente a él, creando vínculos
—Acaba de dirigir «Troyanas» con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Su primera vez al mando. ¿Cómo fue la experiencia?
—Maravillosa. Lluís me dio la oportunidad de hacerlo y dije que sí sin pensarlo. Era una buena china porque era la primera vez que se hacía una tragedia romana en el Clásico. Para mí ha sido un regalo adentrarme en un texto que tiene tantísimo que contar. También un reto. Había mucho que ofrecer a los actores y viceversa. Fue increíble.
—¿Qué prefiere: dirigir o interpretar?
—Me gusta muchísimo interpretar, pero me encanta dirigir. Llevo muchos años dedicándome a la docencia, que me da la oportunidad de participar en pequeños montajes. Dirijo desde mi lado como actriz, empatizando con mis compañeros y sabiendo lo que puede dar cada intérprete de la función.
—¿Entonces tiene nuevos proyectos como directora entre manos?
—Sí, estoy en ello. Esta obra es un poquito más complicada porque requiere de derechos de autor pero ya estamos inmersos. Todavía no podemos adelantar más.