Vania López, directora técnica del Centro de Conservación y Restauración San Martín: «Ourense puede presumir de tener un patrimonio espectacular»
OURENSE
La restauradora destaca el conjunto del Pórtico do Paraíso de la catedral
18 nov 2022 . Actualizado a las 18:31 h.A Vania López Arias (Lugo, 1976) la exposición mediática le cambia el paso. La directora técnica del Centro de Conservación y Restauración San Martín de Ourense es de esas personas a las que le apaisona su trabajo, lo disfruta y se implica a fondo en el mismo. Su responsabilidad lleva aparejada la presencia en presentaciones de proyectos o exposiciones derivadas de las intervenciones del centro de restauración, y es ahí donde se le ve menos cómoda, dentro de la profesionalidad en la que siempre se mueve. Lleva años desarrollando su trabajo y ha actuado en numerosos lugares de la provincia de Lugo, incluida su catedral, y Ourense. De forma preferente, porque también ha realizado trabajos por toda Galicia, de O Corpiño a Ferrol. La aparición de los anillos de los obispos de Santo Estevo de Ribas de Sil generó un revuelo que aún sigue intentando asimilar.
—¿En qué proyectos está implicado en la actualidad el centro?
—Aunque hay otras cosas, el trabajo principal ahora mismo se centra en todo lo relacionado con Santo Estevo. Comenzamos en su momento con los relicarios y los tornavoces y después ya fue cuando nos centramos en las pinturas que aparecieron en la iglesia. Es el proyecto que en estos momentos concentra nuestros esfuerzos.
—¿Tiene una previsión para finalizar la actuación?
—En principio se está cumpliendo el plan anunciado en su día por el responsable de Patrimonio de la Diócesis de Ourense. No trabajamos con una fecha; como se dijo en su momento contamos con finalizar en este año.
—Realizó proyectos como recuperar la capilla de la Asunción o el pórtico de la catedral.
—El Pórtico do Paraíso es una maravilla y una joya de la que pueden presumir los ourensanos. Y que, lamentablemente, poca gente conoce. Se trata de un conjunto excepcional de talla en piedra con una policromía maravillosa.
—¿La restauración de la fachada principal ayudará a potenciarlo?
—Es impresionante ver todo el conjunto pétreo accediendo desde esa entrada. Evidentemente es más complicado, en el caso de personas con movilidad reducida, pero se debería apostar por potenciar la catedral ahora que se constata un incremento en el turismo de interior.
—Ha realizado trabajos por toda la provincia. ¿Qué valoración le merece la realidad ourensana?
—Ourense puede presumir de tener un patrimonio espectacular y de contar con el valor añadido de que aquí han trabajado artistas de primer nivel en toda la Diócesis. Juan de Angés, Bautista Celma, personas del círculo de Cornelis de Holanda, Castro Canseco... Hay retablos o piezas en algunos lugares de la provincia que me dejaron impresionada. Esta circunstancia también nos habla del poder económico de la época: que en sitios remotos, a los que era una odisea llegar hace siglos, te encuentres con estas piezas da la medida de la importancia que tuvieron en determinado momento.
—En algún lugar de encontró con imágenes pintadas con Titanlux .
—Nuestra profesión es bastante desconocida. Todo el mundo piensa que puede actuar en una imagen y me gustaría que se tomase más en consideración el trabajo que realizamos. Ahora hay más información, pero queda mucho camino por recorrer. Y avanzamos con decisiones comolas que responsabilizan a quienes permiten que cualquier persona se ponga a restaurar una pieza.
—En ocasiones se tiene referido al preocupante horizonte que marcará el abandono rural.
—Estamos metidos de lleno en un claro proceso de despoblamiento. Eso supondrá que dentro de unos años se cerrarán muchas iglesias. Tenemos una población envejecida y no hay curas —en Ourense algunos tienen quince misas el domingo, cosa que se hace imposible, y en la provincia de Lugo los hay con treinta parroquias a su cargo—. Se hace necesario decidir qué se va a ahacer con ese patrimonio porque el tiempo no se detiene.
Protagonista de una novela que acabó desmadrándose al aparecer los anillos
Vania López Arias se licenció en Bellas Artes, en la especialidad de Restauración, en Granada. En 1999 se inició en la profesión como autónoma y ahí sigue. Trabaja en varios frentes, de la administración a los encargos particulares, y en la actualidad su principal cometido es la dirección técnica de Centro de Conservación y Restauración San Martín.
—¿Con la aparición de las pinturas de Santo Estevo cómo quedará ahora la iglesia?
—Cuando se acabe el proceso de recuperar todos los elementos habrá que ver cómo estaban antiguamente para potenciar el conjunto. Esas cosas son normales al sucederse intervenciones a lo largo de los siglos: es como el trabajo que están realizando en la fachada principal de la catedral, que servirá para recuperar la portada románica y sus ángeles al retirar elementos colocados con posterioridad.
—Trabaja siempre a la vista.
—Sí. Hay gente que cierra la zona de intervención y retira todo cuando el proyecto está finalizado. No es mi estilo. Me gusta que la gente vea lo que estoy haciendo, cómo se va progresando en la intervención y cómo se llega al resultado final. Y solo pinto con acuarela, para que si un día se quiere eliminar la actuación resulte todo más fácil.
—¿Cómo lleva ser un personaje de novela?
—Cuando María Orduña vino por Santo Estevo a documentarse le gustó mi trabajo. Yo soy una persona accesible, hablamos mucho y surgió una relación de amistad. Ella decidió incluirme como uno de los personajes de El bosque de los cuatro vientos y leí la novela, lo mismo que mis amigos y mi familia. Y quedó ahí la cosa. Nadie podía pensar lo que vino después con la aparición de los anillos. Imprecedible. ¡Hasta la BBC hizo un documental! Increíble, una auténtica locura.