Más de sesenta personas, entre profesionales y voluntarios, hacen posible el festival que inunda de arte escénico la capital de O Ribeiro
21 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia es un sinónimo de teatro en la provincia. Es un festival de diez días, en el que se programan más de veinte espectáculos, que se representan en espacios tan diferentes a los habituales como el castillo o la iglesia de la Magdalena. Es una propuesta cultural que convence y que consumen miles de espectadores llegados de distintos puntos de España. Pero nada de todo eso sería posible sin un equipo detrás. A la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia le da vida un grupo de casi sesenta personas. Son una decena de técnicos, dos profesionales en producción, dos en taquilla, cinco personas en montaje y una fotógrafa, entre otros. Y además hay una treintena de voluntarios, que son estudiantes de Arte Dramático o con aptitudes artísticas, y jóvenes de Ribadavia dispuestos a colaborar con una de las citas culturales más importantes de su municipio. De hecho, la mitad del esqueleto que sostiene la MIT son, precisamente, vecinos voluntarios o profesionales de la comarca de O Ribeiro. «Sen o equipo non hai mostra, é fundamental porque ao mesmo tempo formamos unha verdadeira familia. A MIT é un órgano vivo, en constante transformación, e moi esperto ao que lle acontece á xente para poder reaccionar de maneira activa», dice Roberto Pascual, director de la cita teatral. De hecho explica cómo cada año va cambiando la estructura de la mostra. «Nesta edición fixemos unha reformulación importante e creamos un perfil novo que é o coordinador técnico, Xacobo Castro, por exemplo», explica Roberto. Entre las personas que hacen que el festival teatral sea posible hay algunas que llevan más de una década participando, como el ribadaviense Manuel Fernández. «Comecei de voluntario por gusto, como algo bonito ao que dedicar unha parte do verán. Encántame estar en contacto cos actores aos que normalmente sigo en películas ou series», afirma. «Botando a vista atrás noto que aprendín moito coa mostra, tanto de arte coma de valor humano», termina este ingeniero en energía. Para Jacobo García este es el primer año colaborando con la MIT. Tiene 22 años y es de Ribadavia, aunque estudia Composición en Santiago. «Os meus profesores recomendáronme vivir a experiencia dende dentro e está sendo incrible. Hai moitísimo traballo detrás, tanto de xestión coma de coordinación. A mostra é moito máis cas noites do castelo», admite.