El licor café más conocido cumple años en Ourense

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El bar El Sol celebra su 45 aniversario en el casco histórico de la ciudad

22 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No se sabe si es el mejor o el más rico, porque eso va en gustos, pero seguro que sí es el que más ourensanos han probado alguna vez. El licor café de El Sol, el pequeño local que hace esquina entre la rúa da Paz y calle San Miguel de la capital, es uno de los más conocidos de la ciudad. Incluso tiene más fama que el propio bar en donde lo sirven, un lugar que este mes cumple 45 años. En realidad, todo comenzó un poco antes, en 1975. «Cogimos el traspaso de una tienda de comestibles, La Favorita, que había en este local. Pero nosotros queríamos un bar, así que tuvimos que esperar casi dos años para tener la licencia», recuerda Eva Trillo. Ella y su marido, Antonio Pereiro, acababan de llegar de Suiza, país al que ambos emigraron para labrarse un futuro mejor y en donde se conocieron. «Coincidiamos nun centro cultural de galegos ao que íamos a bailar e dende entón ata hoxe», apunta Antonio. El 27 de julio de 1977 abrieron por primera vez las puertas de El Sol. «Tiñamos moitas ganas e estabamos dispostos a esforzarnos ao máximo pero nunca contamos con chegar a ter o cariño da xente durante tantos anos», explica Antonio. El suyo es un local emblemático de Ourense. «Penso que nos diferencia a confianza que puñamos nos clientes, ter paciencia e darlles a súa liberdade. Iso é o que fai un fogar e os dous queriamos que no noso bar se creara unha familia. Abrir un bar de pobo na cidade», añade. Lo han conseguido. «Son muchos años juntos en este local. Aquí han venido niños que ahora ya tienen nietos y para nosotros ese es el mayor orgullo», dice Eva.

Poco a poco el negocio con esencia de aldea se fue transformando y rejuveneciendo. Aunque manteniendo su espíritu hogareño con los clientes, el matrimonio al frente de El Sol quiso adaptarlo a los nuevos tiempos. «Fue en los noventa. Cambiamos la planta baja para adaptarnos a los jóvenes, ya viendo que estábamos en medio de la zona de marcha de la capital. Pusimos los futbolines y ahí comenzó una nueva etapa», dice Eva. Y es que ese es uno de los rincones más especiales y representativos de El Sol, incluso hoy en día. El local aumentó su público joven y también empezó a estirarse la hora de cierre, especialmente los fines de semana. «Eu prefiro aos rapaces, son alegres e ao final coidan moito de quen lles coida», confiesa Antonio. «Pero non sempre foi así. En tempos, alá polos oitenta, a droga era un problema grande e tivemos situacións de pasalo moi mal», añade. El ourensano, que es natural de Castrelo de Miño, está ya jubilado, como su mujer, pero afirma que volvería a ponerse detrás de la barra sin pensarlo dos veces.

El licor café de El Sol llegó más o menos en el cambio de siglo. «Hai uns trinta e pico anos. Facíanolo un veciño no pobo e estaba boísimo. A xente comezou a pedilo así que tivemos que aumentar a produción», rememora Antonio. Luego, con la ley que prohibió servir espirituosos caseros en los bares, decidieron apostar por encargarle el suyo a una fábrica, que desde entonces lo hace y embotella con el nombre de O Sol. Aprovechando la tesitura, sumaron a su variedad sabores nuevos. Tienen licor de fresa, de hierbas, de arroz con leche, de crema de orujo y de chocolate con cerezas; además de su clásico de café, claro.

Por su cercanía al Teatro Principal, Eva y Antonio tienen muchas anécdotas bonitas con actores y músicos a los que admiran. «Él atendió a Norma Duval y sé que le hizo mucha ilusión», destaca Eva, mientras Antonio disimula esa emoción.

El Sol tiene relevo generacional, son las dos hijas del matrimonio, Nerea e Isabel, y el marido de esta, Juan. «Crecimos aquí y esta es nuestra casa», afirma Isabel. Ella es quien se encarga de replicar las tortillas y las empanadillas que durante décadas hizo su madre. Siguen estando deliciosas.