Me pasan un pantallazo de las redes de Jácome. Insinúa que Omar Montes podría actuar esta Navidad en Ourense. Insinúa, porque el alcalde es muy de anunciar ideas sin ni siquiera haber completado los trámites para hacerlas realidad. Luego pasa lo que pasa, como con Loquillo, con el que no había contrato firmado. Feo, fuerte y formal.
Tengo que recurrir a Google porque, aunque sé quién es, me faltan datos. Y siempre es bueno documentarse antes de opinar porque de lo contrario no opinas, dices cosas. Tecleo: Omar Montes. Suelto una carcajada cuando el buscador me devuelve los resultados. Google te ofrece siempre preguntas frecuentes de otros usuarios. La primera en este caso es reveladora: ¿Cuánto le mide a Omar Montes? Ese es el nivel. En todo caso, con las noticias que saltan y el repaso a los reality en los que participó me hago una idea. Está claro que las prospecciones demoscópicas de Jácome le señalan un target claro. Está dispuesto a conquistar al electorado joven a golpe de orquestas y personajes, a golpe de subirse a los escenarios de las fiestas para arengar a los chavales, a golpe de llevarse la contraria. Porque después de decir que la cultura no se subvenciona no tiene problema en sacar la chequera (ay, la pólvora del rey) para ejercer de flautista de Hamelin. Aunque a lo mejor soy yo la que me equivoco y no se contradice porque, meu rei, no sé si el ex de la pequeña Pantoja se puede clasificar como cultura. Obviamente al Concello le corresponde, de cuando en cuando, convertir la ciudad en una fiesta, como hizo con éxito en Halloween. Pero no veo yo a este artista cantando por Mariah Carey. Consejo para el alcalde: el público objetivo de la Navidad son los niños que aún no escuchan —o no deberían escuchar— a Omar Montes. Lo malo es que no votan.