Medio mundo mira a Catar. Cosas del fútbol, espectáculo global que atrae miradas en cualquier punto del orbe. Y eso que lo del emirato organizador no deja de provocar polémicas. Tras el estreno de los anfitriones, con derrota ante Ecuador, la primera jornada de tres partidos ya arrancó con la selección inglesa clavando rodilla en tierra antes del pitido inicial. Protestan contra la discriminación. En frente, la selección de Irán tampoco cantó su propio himno, con división de opiniones en la grada. Varios futbolistas criticaron el trato del régimen iraní hacia las mujeres y también se habló de presiones para que no fueran convocados jugadores como Sardar Azmoun, del Bayer Leverkusen, que criticaron esas prácticas.
Un evento como el Campeonato del Mundo es toda una plataforma reivindicativa y está bien que así sea, sobre todo, si es necesario defender cuestiones humanitarias. El deporte nos mueve a todos y así lo vimos en Ourense con una edición más de la Carreira Popular de San Martiño. La pandemia frenó la manifestación más multitudinaria de la clásica atlética del noroeste de la península. Por eso había ganas, muchas. Más de 8.500 inscritos se acercaron a las cifras de antaño y agitaron esa creciente apuesta por los hábitos de vida saludable. A orillas del Miño casi hablamos de una religión y en el resto de la provincia también es una costumbre en aumento.
El caso es que la multitud volvió a cruzar zancada a zancada esos diez kilómetros que recorren las arterias principales de la capital ourensana. Veteranos, escolares e incluso cualquier persona con diversidad funcional. Son derechos humanos. Aquí y en Catar.