Los cambios para humanizar el hospital de Ourense: desde visitas 24 horas en la uci a paseos por la azotea

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Los pacientes que participan en los paseos terapéuticos en la terraza van acompañados de la psicóloga Nuria Seijas
Los pacientes que participan en los paseos terapéuticos en la terraza van acompañados de la psicóloga Nuria Seijas SERGAS

El CHUO tiene en marcha varios proyectos para mejorar la estancia de los pacientes y ayudar a su recuperación

24 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El hospital es un espacio hostil. La mayoría de los pacientes preferirían no tener que ingresar y la estancia se puede volver asfixiante si se prolonga en el tiempo. Es habitual que los sanitarios escuchen de boca de aquellos que llevan tiempo hospitalizados que ven su cuarto como una cárcel. Y de ahí surge la necesidad de humanizar estos espacios. Un trabajo que varios servicios del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense ya están llevando a cabo. Son grandes cambios en algunos casos y pequeñas modificaciones en otros que mejoran la estancia de los pacientes y que pueden incluso ayudar en su recuperación. Lo hecho y lo pendiente fue puesto sobre la mesa por las profesionales implicadas en una sesión incluida dentro de las jornadas de humanización que se celebran este mes en el CHUO, organizadas por Belén Piñeiro, responsable del servicio de Atención al paciente.

María José de la Torre y Marisol Pérez, médica y enfermera de la uci del CHUO
María José de la Torre y Marisol Pérez, médica y enfermera de la uci del CHUO SERGAS

«A uci sempre dá moito medo. O enfermo que vai pensa ‘de aí non saio’», reconocía Marisol Pérez, enfermera de la unidad de cuidados intensivos. Por eso decidieron «abrir as portas» y flexibilizar los horarios de visita para que los pacientes estuviesen el mayor tiempo posible con sus familiares. «Vimos que melloraban moitísimo», dijo. Además se hicieron cambios para rebajar el nivel de ruido (un sonómetro indica cuando hay demasiado y debe bajarse el tono, sobre todo en los cambios de guardia) y se colocaron puntos de luz en el control de enfermería para reducir el uso de las lámparas de techo al mínimo durante la noche. También se mejoró la dotación de personal, para incluir a profesionales de Psiquiatría y Fisioterapia que atienden a los pacientes. «Falta moito, sobre todo para as familias, que precisan un espazo cómodo», reconoció Pérez. Espera, dijo que todas las necesidades queden cubiertas en la nueva uci, cuyas obras comenzarán antes de que remate el año, según el último plazo dado por el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña.

«En la nueva unidad los boxes, que serán cerrados, tendrán espacio para los familiares para facilitar la apertura las 24 horas del día», avanzó la médica María José de la Torre. Es un cambio pensado especialmente para los mayores, buscando evitar que caigan en delirio, «que empeora el pronóstico e incrementa el tiempo de estancia», añadió. Además, las alarmas dejarán de pitar en los aparatos cuando hay una urgencia para centralizarse en el control de enfermería. «Hay estudios que dicen que cuando se tienen menos de cinco horas de sueño aumenta la mortalidad», explicó la especialista, así que tanto minimizar el ruido como la luz durante la noche son premisas fundamentales para facilitar que los pacientes puedan dormir. Además, se crearán dos despachos, uno de información y otro de trasplantes, así como una sala de espera y otra de duelo. También quieren mejorar en el abordaje de la comunicación de malas noticias y se creará una consulta post-uci. «La uci da vida, pero deja secuelas», reconocía De la Torre, por lo que se buscará facilitar el contacto con los profesionales que precise cada enfermo, como puede ser fisioterapeutas o psiquiatras después del alta.

Teba María Castro, Andrea del Pilar, Vanessa González y Montserrat Padrón, del servicio de Pediatría
Teba María Castro, Andrea del Pilar, Vanessa González y Montserrat Padrón, del servicio de Pediatría Santi M. Amil

En el servicio de Pediatría hay ciertos paralelismos en cuanto a los cambios en la unidad de cuidados intensivos. El servicio neonatal ya tiene puertas abiertas las 24 horas al día. «Fuimos pioneros en hacerlo», resaltó la enfermera Andrea del Pilar. El objetivo, dijo, era hacer algo humano, familiar y amable. Los padres de un bebé prematuro pueden acompañarle todo el tiempo que quieran, lo que facilita el piel con piel, cuyos beneficios están más que demostrados.

También se taparon los respiradores con mantas de colores y se montó una sala de lactancia (que ha cambiado de ubicación hasta en cuatro ocasiones en busca de mejorar sus condiciones). En todo el área para menores de 14 años se colocaron pictogramas para facilitar la comunicación con los niños con trastorno del espectro autista; se decoraron las habitaciones y las salas comunes con motivos infantiles y se creó una ciberaula en la que Vanessa González imparte clase. «Pretendemos que todos os espazos lles recorden a súa rutina fóra do hospital», en palabras de la enfermera Monserrat Padrón.

Todavía quedan cosas pendientes. «Necesitamos boxes con baño, una sala de estar para los padres y una sala de duelo, porque los niños también se mueren», remarcaba Del Pilar.

La psicóloga clínica Nuria Seijas y la enfermera Dolores Fernández lideran el proyecto de humanización de Oncología
La psicóloga clínica Nuria Seijas y la enfermera Dolores Fernández lideran el proyecto de humanización de Oncología Santi M. Amil

«La gente tiene la idea de que al CHUO se viene a sufrir»

«Una de las ideas que la gente tiene es que al hospital se viene a sufrir». Así comenzó su intervención María Dolores Fernández, enfermera supervisora de Oncología y Paliativos. Por eso hablando con pacientes y familiares surgió la idea de salir a pasear. «Me parecía tan simple», reconoció la psicóloga clínica Nuria Seijas sobre una iniciativa de la que ahora sabe que es fundamental para los pacientes. «Pasear con luz natural ayuda a sobrellevar la dureza de los hospitales», apuntaba Seijas. Así que, siempre bajo consentimiento médico, los pacientes oncológicos en paliativos suben a la terraza para disfrutar del aire fresco en la cara y visitar el huerto terapéutico que cuidan los pacientes del hospital de día de Salud Mental (otro de los proyectos de humanización en marcha). Esa terraza alberga el reencuentro, entre otros, de un paciente con un cáncer en estado terminal y su nieta pequeña. «Es mucho más agradable ver al abuelo en un jardín que en una habitación», apuntaba Seijas. Y no solo eso, los propios pacientes y el resto de familiares entablan conversaciones y generan recuerdos que no surgen alrededor de una cama.

Es un proyecto todavía en su fase inicial que quieren llevar a otros servicios. De hecho, Seijas también pudo subir a la azotea con una paciente que llevaba varios meses ingresada en Traumatología y con otra de Cirugía que tenía una crisis de ansiedad y consiguió calmarse. «Disfrutan de la sensación de libertad, porque ven el hospital como una cárcel», ahondaba Seijas.

Libertad y compañerismo es también lo que buscan desde Psiquiatría. En el caso del hospital de Piñor hace años que cuentan con el proyecto ArtEspida, en el que los pacientes trabajan la pintura, la escultura o la literatura. «É unha maneira de facer lazo social, porque a tolemia é a soidade máis profunda», remarcó la psiquiatra Chus Gómez.

En cuanto al hospital de día, al programa del huerto terapéutico de la terraza del CHUO se ha unido el cuidado de uno urbano del Concello de Ourense. Además, promueven andainas y cursos de cocina saludable y acaban de iniciar Saudablemente bailemos. «Aúna el ejercicio físico con la música», expuso la enfermera Sandra Ramos.