Fallece en el hospital, con horas de diferencia, un matrimonio de Sarreaus que fue encontrado en el suelo de su casa tras alertar los vecinos que llevaban días sin verlos
OURENSE
El hombre dijo a los agentes de la Guardia Civil que se había caído y la mujer estaba en el suelo del baño con la puerta cerrada por dentro
28 nov 2022 . Actualizado a las 19:07 h.Un matrimonio de Sarreaus falleció este fin de semana en el hospital de Ourense con unas horas de diferencia. Marido y mujer habían sido trasladados al CHUO tras ser encontrados en el suelo de su vivienda, situada en la localidad de Pazos de Codosedo.
La Guardia Civil y Protección Civil acudieron el jueves a la casa, alertados por vecinos, que decían que llevaban días sin ver a la pareja. Al llegar allí, al mediodía, a través de una puerta con cristal pudieron atisbar al hombre, de 81 años, tendido en el suelo. Agentes del instituto armado accedieron al interior de la vivienda. En la cocina del bajo de la casa se encontraba el afectado, que pudo hablar y explicó que se había caído. Preguntado por su esposa, contestó que ella estaba en el baño. Los guardias tuvieron que forzar la puerta porque estaba cerrada por dentro y allí se encontraron a la mujer, de 77 años, también en el suelo.
El matrimonio fue trasladado al CHUO en sendas ambulancias. Ambos fallecieron en el hospital ourensano con escasas horas de diferencia: el hombre el viernes por la tarde y la mujer el sábado por la mañana. Los dos han sido ya enterrados después de que se les practicasen las autopsias.
Aparentemente, ninguno presentaba signos de violencia ni en la casa había olor gas o monóxido de carbono, pero se mantiene una investigación abierta y judicializada para intentar esclarecer las causas de los fallecimientos. Las autopsias incluyen analíticas de tóxicos y otras pruebas cuyos resultados tardan un tiempo en conocerse y que, quizás, puedan arrojar alguna evidencia sobre si los fallecidos sufrieron alguna indisposición alimentaria o de otro tipo, o si la causa de la muerte fue natural.
Por ahora no se sabe qué les pasó, pero sí ha trascendido que era una pareja que rechazaba la ayuda que se les ofrecía y que no mantenía mucha relación con nadie. Los vecinos y algún familiar estaban pendientes de ellos porque últimamente sufrían achaques de salud, pero tampoco querían ir al médico. Laboralmente se habían dedicado a la venta ambulante de fruta. La casa en la que residían no se encontraba en buenas condiciones en su interior, pero se cree que era más por una forma de vivir así deseada por ellos que por falta de medios económicos suficientes.
Ambos recibieron sepultura el domingo en la parroquia de Santa María de Codosedo.