Sanitarios que trabajan en Nochebuena: «En casa te despiden con pena, pero los pacientes no entienden de fiestas y nosotros elegimos este trabajo»
OURENSE
En el CHUO trabajarán esta noche 230 personas, 28 en el hospital de Valdeorras, 25 en el de Verín y 9 en Piñor
24 dic 2022 . Actualizado a las 18:42 h.Hacer las compras de última hora, conducir para llegar a casa, quedar para el brindis con los amigos, ayudar a poner la mesa, preparar la cena... La mayoría de los ourensanos están a estas horas imbuidos en los preparativos de Nochebuena. Pero hay muchos otros que ya han salido a trabajar o se preparan para hacerlo. Toca trabajar de noche. Pero no es una noche más. Hoy es una de esas fechas fijadas en el calendario como familiares, pero no todo el mundo podrá pasarlas así. Porque hay actividades que no se paran. Bomberos, policías, sanitarios... Muchos de ellos tienen turno.
En los hospitales y los puntos de atención continuada los enfermos ingresados y las urgencias no saben de horas ni de fechas en rojo en el calendario, así que muchos ya han comenzado sus guardias. En el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense alrededor de 230 personas trabajarán esta noche. En el Hospital de Valdeorras son 28, 25 en el de Verín y 9 en Piñor. Algunos entran a las diez, pero otros ya están en el hospital para hacer frente a guardias de entre 14 y 17 horas, dependiendo del servicio. Porque ninguno está vacío nunca. Limpieza, cocina, celadores, auxiliares, enfermeras, médicos... No falta nadie, porque todo el mundo es necesario. También esta noche.
En los diez años que lleva trabajando en el CHUO, la anestesista Leticia Gómez Viana pasará su tercera Nochebuena con la bata puesta. «Es duro trabajar hoy, pero es lo que toca», cuenta. En su tono se percibe una mezcla de resignación con cierta decisión propia. «Como médicos sabemos que nuestra función es atender a los pacientes y para ellos no hay festivos ni fiestas; y nosotros elegimos este trabajo», remarca. En todo caso, reconoce que no es un día cualquiera: «En casa te despiden con pena porque, aunque están acostumbrados, es una noche especial». Leticia apunta que en su servicio quien no trabaja en Nochebuena lo hará en Navidad, Fin de Año o Año Nuevo. «Puede ser que cada seis años o así no te toque ninguna de esas fechas, pero no es lo habitual», explica. Reconoce, a modo de compensación, que en el ambiente en el hospital es bueno. «Intentamos estar en familia. Al final los cirujanos y los traumatólogos pasamos tanto tiempos juntos que se puede decir que pasaré la Nochebuena con mi segunda familia».
También le toca pasar la noche con el uniforme puesto al cirujano Pedro Trillo. Veterano en el CHUO está será otra Nochebuena más de guardia. «Claro que nos gustaría a todos estar con la familia, pero hay que cumplir porque es nuestro trabajo. Lo importante son los pacientes», resume. De hecho, Trillo asegura que son los enfermos que llevan tiempo ingresados quienes peor lo pasan en fechas como hoy y no los sanitarios. Al final ellos se van a casa mañana. Y una vez más cita a los pacientes como el epicentro de todo. Precisamente para que estén más cómodos y lo más felices posible, las plantas están decoradas con motivos navideños y esta noche cenarán un menú especial y se deja entrar a los familiares. No es un tema menor, porque con las restricciones de la pandemia muchos tuvieron que pasar las dos anteriores nochebuenas aislados en su cuarto. Para sí mismo, Trillo pide una guardia tranquila para que los profesionales del servicio puedan cenar todos juntos. «Y si pasa como otros años que tuvimos que pasar la noche operando, pues se opera, que para eso estamos», relata. Recuerda de forma especial una Nochebuena en la que a una cirugía por un accidente de tráfico le siguió otra por una complicación digestiva. «Cada vez tenemos más guardias con mucho trabajo, porque hay una población envejecida y con mucha patología», resume.
Trillo asegura que de un tiempo a esta parte están aumentando los accidentes de tráfico en la madrugada del 25. «Ahora Nochebuena también es una noche para salir de fiesta, ya no es tanto de quedar en casa como antes», explica. Y se nota. Más movimiento en carretera siempre conlleva más peligros y más posibilidades de acabar en Urgencias. Eso es ya para la vuelta. A primera hora los riesgos están en el cuchillo jamonero. Trillo es tajante: «Yo recomendaría el jamón envasado, que ya viene cortadito», apunta. Se evitan así cortes importantes que son casi ya una tradición en Urgencias. Un servicio que, por otro lado, hoy no usarán los que tienen una patología banal y que muchas veces suponen más del 20 % de los pacientes diarios atendidos, como denuncia con insistencia el jefe de Urgencias, Francisco Aramburu. La experiencia de Trillo le dice que en Nochebuena el que acude a Urgencias es porque no le queda más remedio. Nadie quiere pasar la hora de la cena en una sala de espera lejos de los suyos.
Suele ser una noche tranquila, refrenda Francisco González, encargado de turno de celadores. Coordina a un grupo de 26 profesionales que tienen que estar disponibles para casi todo. No es la primera vez que le toca trabajar en Nochebuena, aunque no demasiadas para los 30 años que lleva en el CHUO. «A carga de traballo acostuma ser menor, porque se intentan dar altas e hai xente que marcha estes días para a casa de permiso», señala. Los que se quedan es porque necesitan atención médica constante. Hay menos volumen de trabajo en planta y, sobre todo, en Urgencias. «O que vén hoxe é porque está moi maliño. Hai xente que aguanta o inaguantable porque quere estar coa familia ou porque non quere interromperlle a cea aos seus», señala. En su casa ven trabajar en fechas especiales como gajes del oficio. Su mujer es enfermera, así que durante muchos años fue difícil juntar unas fiestas completas todos juntos. En la familia es habitual cambiar las celebraciones de fecha si es preciso. Pasará con la Nochebuena. Francisco no estará en casa y aunque está concienciado reconoce sentir cierta pena de no poder cenar con su hijo mayor, que viene desde Madrid. Pero se resigna y a continuación apunta: «Xa a celebramos mañá no xantar». Hoy cantará los villancicos con su otra familia.
«Para mí no supone ningún trauma trabajar hoy. Sí es cierto que es una fecha para estar en familia, pero yo la paso con mi segunda familia, porque mis compañeros lo son», asegura Eva Alonso, supervisora de enfermería. Además, reconoce que en cuanto a trabajo suele ser una noche tranquila. «Hay menos pacientes ingresados y viene menos gente a Urgencias», destaca.