La ciudad y las villas ourensanas celebraron por todo lo alto unas cabalgatas muy concurridas
06 ene 2023 . Actualizado a las 17:01 h.La tarde noche se puso fresca, pero agradable, para la celebración de las cabalgatas de Reyes Magos, que llenaron de ilusión, música y caramelos las calles de la ciudad y de las villas y pueblos de la provincia de Ourense. Melchor, Gaspar y Baltasar, con sus diferentes comitivas y transportes hicieron acto de presencia en todos los rincones donde se les esperaba para saludar a los niños y a los mayores antes de la gran noche mágica de Reyes. Después de las emociones vividas en las cabalgatas, el despertar del día de Reyes, con la esperanza de recibir los regalos deseados, será mucho más alegre.
En la ciudad, los Reyes Magos llegaron como es tradicional en tren a la estación ferroviaria. Y, por segundo año, se montaron encima de tres dromedarios para hacer todo el recorrido. Mucha gente esperó a lo largo de todo el trayecto del desfile para verlos pasar. Expectación, competición por coger caramelos y algún lloro de algún niño pequeño asustado por los movimientos y el tamaño de las grandes figuras inflables. La cabalgata de Ourense transcurrió sin incidencias. Llamó la atención la legión romana, con su cuadriga de caballos reales y, por supuesto, los Reyes Magos con sus dromedarios.
Aunque al final del trayecto, el canoso Melchor ya iba andando. Fue el primero en iniciar el discurso en la plaza Mayor, en el que insistieron a los niños que tendrían que acostarse pronto. Pero antes de marcharse a preparar su intensa noche de reparto, los Reyes Magos bajaron a dar más caramelos personalmente a los presentes en la plaza.
No fue menor la fiesta en las villas y pueblos de la provincia. En O Carballiño, hubo un gran espectáculo de fuegos artificiales y números acrobáticos antes de la llegada de los reyes a la plaza de la Veracruz.
En Ribadavia, también hubo un bonito desfile en el que participaron niños del colegio, además de las carrozas de los magos. En O Barco de Valdeorras, sus majestades llevaban un importante séquito de pajes en unas carrozas grandes y coloridas.
En Celanova, después de saludar a los ancianos de la residencia, los reyes emprendieron su trayecto a la plaza Mayor, donde les esperaba un buen número de niños y padres deseosos de verlos y contarles sus deseos. En Verín, se repitieron similares escenas de ilusión por ver a los reyes de Oriente, en una tradición que se mantiene vigente año tras año y que se vive con alegría en las localidades grandes y pequeñas.