Sandra Ferrús: «Nuestra protagonista es sometida a un juicio virtual por una acción de juventud»
OURENSE

La obra de teatro «La panadera» aborda la situación creada por la filtración en la red de un vídeo sexual
04 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Una noticia de las que nos asaltan cada vez con más frecuencia impactó a Sandra Ferrús (Alzira, 1979). Un antiguo vídeo de contenido sexual corría por las redes y ponía en el ojo del huracán a la protagonista. Ferrús empezó a hacerse preguntas y sintió la necesidad de abrazar a la víctima. Y se quedó temerosa y preocupada por saber si podría acontecerle a ella. Se puso a escribir una obra de ficción tomando como punto de partida lo conocido y el resultado es «La panadera», que esta tarde se representa en el Teatro Principal (20.00 horas). En la obra —escrita, dirigida y protagonizada por Sandra Ferrús— Concha, una mujer de cuarenta años encargada de una panadería, ve como su vida se pone en tela de juicio al filtrarse un vídeo suyo manteniendo relaciones sexuales con un antiguo novio quince años atrás.
Junto a la autora participan en la obra César Cambeiro, Elías González, Susana Hernández y Martxelo Rubio.
—¿Cómo nace «La panadera?
—A raíz de la noticia me pregunté si me podría pasar a mí o si tenía un vídeo similar. Inmediatamente me mareo. No lo tengo, pero me cuestionó por estar pensando eso y por tener miedo. Y creo que es una cuestión de educación. La obra nace de la necesidad de compartir esas preguntas.
—¿El apoyo de las instituciones fue la clave del proyecto?
—Que me concedieran los teatros de Euskadi la beca de «Nuevas dramaturgias» fue fundamental para poder desarrollar la obra. Y que el Centro Dramático Nacional la quisiese poner en pie, y darme toda su confianza para hacerlo, fue la guinda. Después todo se ha desarrollado de una manera mágica y encantados con el público y con poder abordar este tema.
—¿Un episodio de juventud acaba marcando la vida de Concha drásticamente?
—Las redes sociales aportan cosas buenas, y también pueden ser un infierno; donde hay gente que opina de todo y quien lo hace con vehemencia. Nuestra protagonista es sometida a un juicio virtual y una acción de juventud amenaza seriamente su vida por el simple hecho de que una persona —solo con un dedo— pone patas arriba y en peligro todo lo que ha conseguido. Su familia se ve afectada y ella cuestionada públicamente.
—¿Sus preguntas iniciales llegaron al espectador?
—Sí. Mi objetivo era compartir la realidad de esa persona afectada —en la noticia, la obra obviamente es ficción—, acompañarla, abrazarla y expresarle mi gratitud por la batalla que estaba librando. La sororidad es la clave del montaje y creo que conectamos muy bien con el público. De hecho en los coloquios tras la función constatamos que existe un sentimiento solidario con la protagonista y de rechazo a la impunidad que supone que un hecho inocente de juventud pueda dinamitar su vida.