Un colaje viaja de Cartelle a Alemania

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa OURENSE

OURENSE

Arianne Cristal, con su obra «Elsa y Tig», que participa en un certamen internacional en Alemania
Arianne Cristal, con su obra «Elsa y Tig», que participa en un certamen internacional en Alemania CEDIDA

La creadora ourensana Arianne Cristiel ha sido seleccionada por el prestigioso museo de las mujer de Wiesbaden

15 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La creadora ourensana Arianne Cristiel (Cáracas, 1987) ha sido seleccionada por el prestigioso museo de las mujeres de Wiesbaden (Alemania) para presentar junto a otras treinta artistas europeas sus últimas creaciones. Desde hace ya un año la famosa galería trabaja en los preparativos de la muestra internacional de colaje y ensamblaje, que se prolongará hasta el 7 de mayo. Arianne es una artista visual que utiliza el colaje, los medios mixtos y la escritura como medio de expresión artística. Su pasión por el arte la llevó a sumergirse en este mundo a principios de la década pasada y desde entonces no ha dejado de trabajar con papeles y materiales olvidados a los que redefine en cada nueva composición. Su estética de aires kitsch inunda su red social de Instagram, donde muestra ante sus más de diez mil seguidores que se nutre de fuentes tan dispares como el siglo de oro, el folklore, la música electrónica o los juguetes de Mattel. Los colores rosaceos, grandes protagonistas en sus piezas son el alma de sus composiciones, un fenómeno que desde su taller en As Marabillas, concello de Cartelle, ha inundado espacios como la Facultad de la Comunicación en México DF, la cuarta planta del Tech Hub de Lonfres o espacios culturales de Madrid y Barcelona.

El trabajo seleccionado por el certamen alemán, de entre más de 270 participantes es el de Elsa y Tig, uno de los primeros trabajos de ensamblaje de Arianne Cristiel. Se trata de un colaje tridimensional que aparentemente parece una caja de recuerdos eróticos, pero que va mucho más allá de ser un recopilatorio de los objetos que, por azar, llegaron a las manos de la artista después de estar más de medio siglo olvidados en un sótano en Suecia. «Este trabajo es muy importante por varias razones, entre ellas, la confianza que depositó en mí la persona que me legó las pertenencias de esta pareja de artistas. Me dediqué a estudiar todo el material y el resultado es una obra que habla sobre el olvido, la vejez y sobre lo increíble que es sobrevivirle a la muerte. Mi ensamblaje también habla sobre el papel de la mujer en el arte, de lo libre y autosuficiente que fue mi protagonista», explica.